I Macabeos, 3
3. El dilató la gloria de su pueblo; como gigante revistió la coraza y se ciñó sus armas de guerra. Empeñó batallas, protegiendo al ejército con su espada,
3. El dilató la gloria de su pueblo; como gigante revistió la coraza y se ciñó sus armas de guerra. Empeñó batallas, protegiendo al ejército con su espada,
“Pense na felicidade que está reservada para nós no Paraíso”. São Padre Pio de Pietrelcina