40. Como las turbas estaban excitadas y en el colmo de su cólera, Lisímaco armó a cerca de 3.000 hombres e inició la represión violenta, poniendo por jefe a un tal Aurano, avanzado en edad y no menos en locura.





“O Coração de Jesus não deixará cair no vazio a nossa oração se ela for plena de fé e de confiança.” São Padre Pio de Pietrelcina