Salmos, 7

La Biblia de Jerusalén

1 Lamentación. De David. La que cantó a Yahveh a propósito del benjaminita Kus.

2 Yahveh, Dios mío, a ti me acojo, sálvame de todos mis perseguidores, líbrame;

3 ¡que no arrebate como un león mi vida el que desgarra, sin que nadie libre!

4 Yahveh, Dios mío, si algo de esto hice, si hay en mis manos injusticia,

5 si a mi bienhechor con mal he respondido si he perdonado al opresor injusto,

6 ¡que el enemigo me persiga y me alcance, estrelle mi vida contra el suelo, y tire mis entrañas por el polvo!

7 Levántate, Yahveh, en tu cólera, surge contra los arrebatos de mis opresores, despierta ya, Dios mío, tú que el juicio convocas.

8 Que te rodee la asamblea de las naciones, y tú en lo alto vuélvete hacia ella.

9 (Yahveh, juez de los pueblos.) Júzgame, Yahveh, conforme a mi justicia y según mi inocencia.

10 Haz que cese la maldad de los impíos, y afianza al justo, tú que escrutas corazones y entrañas, oh Dios justo.

11 Dios, el escudo que me cubre, el salvador de los de recto corazón;

12 Dios, el juez justo, tardo a la cólera, pero Dios amenazante en todo tiempo

13 para el que no se vuelve. Afile su espada el enemigo, tense su arco y lo apareje,

14 para sí solo prepara armas de muerte, hace tizones de sus flechas;

15 vedle en su preñez de iniquidad, malicia concibió, fracaso pare.

16 Cavó una fosa, recavó bien hondo, mas cae en el hoyo que él abrió;

17 revierte su obra en su cabeza, su violencia en su cerviz recae.

18 Doy gracias a Yahveh por su justicia, salmodio al nombre de Yahveh, el Altísimo.




Versículos relacionados com Salmos, 7:

El Salmo 7 es una oración de David, en la que llora a Dios para liberarlo de sus enemigos. Expresa su confianza en la justicia de Dios y le pide que juzgue su causa. Los siguientes versos están relacionados con los temas abordados en este Salmo:

Salmo 3:4 - "Con mi voz lloro al Señor, y él de su santidad me responde". Así como David llora a Dios en su aflicción, el salmista aquí también expresa su confianza en la respuesta de Dios a su grito.

Salmo 17:6 - "Te invoide, oh Dios, porque me respondes; incluyen tus oídos para mí y escucha mi discurso". David le pide a Dios que escuche su causa en medio de la persecución, y aquí el salmista hace lo mismo.

Salmo 28:1 - "Para ti, oh Señor, lloro; eres mi roca; no me vayas a ti; no te pases, en silencio sobre mí, que sea similar a los que descienden a la tumba". Así como David confía en Dios como su roca y salvación, el salmista llora a Dios que no se calme en su aflicción.

Salmo 35:23 - "¡Despierta y despierta a mi defensa, a mi causa, Dios mío y mi Señor!" David le pide a Dios que se despierte para juzgar su causa y defender su justicia, y aquí el salmista hace lo mismo.

Salmo 55:16-17- "En cuanto a mí, invocaré a Dios, y el Señor me salvará. Por la tarde, y por la mañana, y al mediodía, rezaré; y lloraré, y él escuchará Mi voz." David grita a Dios en todo momento, y aquí el salmista expresa su intención de hacer lo mismo para ser escuchado por Dios en su causa.



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