Ezequiel, 11
22. Los querubines alzaron entonces sus alas y las ruedas se pusieron en movimiento al mismo tiempo que ellos, mientras la gloria del Dios de Israel estaba sobre ellos, en lo alto.
22. Los querubines alzaron entonces sus alas y las ruedas se pusieron en movimiento al mismo tiempo que ellos, mientras la gloria del Dios de Israel estaba sobre ellos, en lo alto.
“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina