Ezequiel, 30
12. Dejaré secos sus Nilos, abandonaré el país en manos de asesinos, devastaré la tierra y cuanto encierra por mano de extranjeros. Yo, el Señor, he hablado.
12. Dejaré secos sus Nilos, abandonaré el país en manos de asesinos, devastaré la tierra y cuanto encierra por mano de extranjeros. Yo, el Señor, he hablado.
“No tumulto das paixões terrenas e das adversidades, surge a grande esperança da misericórdia inexorável de Deus. Corramos confiantes ao tribunal da penitência onde Ele, com ansiedade paterna, espera-nos a todo instante.” São Padre Pio de Pietrelcina