22. Jelcías y las gentes del rey fueron a ver a la profetisa Julda, esposa de Salún, hijo de Ticuá y nieto de Jasrá, guardarropa del templo. Julda vivía en el barrio nuevo de Jerusalén. Le expusieron el caso,





“O amor e o temor devem sempre andar juntos. O temor sem amor torna-se covardia. São Padre Pio de Pietrelcina