II Reyes, 23

4. El rey ordenó al sumo sacerdote Jelcías, al sacerdote segundo y a los guardianes de la puerta sacar fuera del templo del Señor todos los utensilios del culto de Baal, de Aserá y de los astros del cielo; los quemó a las afueras de Jerusalén en los campos del Cedrón y llevó sus cenizas a Betel.

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El capítulo 23 de 2 reyes informa las acciones del rey Josías para purificar a Judá de la adoración de los ídolos y restaurar la adoración del Dios de Israel. Para encontrar cinco versos relacionados con los temas cubiertos en este capítulo, recorrió toda la Biblia y seleccionó:

Deuteronomio 6:5: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza". Este versículo enfatiza el mandamiento más importante de la Ley de Moisés, que es amar a Dios con todo el corazón, el alma y la fuerza. Josías demostró este amor al tratar de complacer a Dios y restaurar la adoración correcta en Judá.

2 Crónicas 34:33: "Entonces Josías empujó a todos los abominables de los hijos de Israel y les hizo servir al Señor, Su Dios; durante todos los días de su vida, no se desviaron de seguir al Señor, Dios de sus padres. " Este versículo destaca la fidelidad de Josiah para seguir al Señor y el éxito de sus reformas religiosas para llevar al pueblo de Judá a regresar a la verdadera adoración.

Jeremías 3:10: "Sin embargo, Judá, su hermana traidora, no temió; se fue y se prostituyó también". Este versículo es una reprensión de Dios a Judá por su infidelidad e idolatría, lo que indica cuán profunda era la corrupción espiritual del pueblo de Judá antes de las reformas de Josías.

Oseas 10:2: "Ahora continuarán pecando y lo convierten en un objeto de metal fundido, ídolos de acuerdo con su propia inteligencia, todos ellos trabajos de manualidades. Este versículo describe la tendencia humana a adorar a los ídolos y a la necesidad de ser recordado constantemente el mandamiento de Dios para adorarlo solo.

Nehemías 8:1: "Entonces toda la gente se reunió como un hombre en la plaza, antes de la puerta de entrada, y le preguntó a Ezra, el escriba, quien trajo el libro de la ley de Moisés, que el Señor había ordenado a Israel". Este versículo ilustra la importancia de la Palabra de Dios en la vida de la gente de Israel y la necesidad de escucharla y obedecerla. Josiah hizo lo mismo al leer la ley al pueblo de Judá y renovar su pacto con Dios.