Salmos, 144
1. De David Bendito sea el Señor, mi roca, que adiestra mis manos para la batalla y mis puños para el combate;
1. De David Bendito sea el Señor, mi roca, que adiestra mis manos para la batalla y mis puños para el combate;
“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina