23. Supo entonces que Filipo, a quien había dejado en Antioquía como jefe del gobierno, se había rebelado, y quedó consternado. Pidió la paz a los judíos y juró complacer sus justas peticiones;





“Que Nossa Mãe do Céu tenha piedade de nós e com um olhar maternal levante-nos, purifique-nos e eleve-nos a Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina