20. Pero aun sin eso, bastó que tu justicia los persiguiera, que tu poderoso aliento los dispersara; pues podías derribarlos de un soplido. No lo quisiste, porque respetas totalmente lo que has dispuesto: mesura, número y peso.





“Padre, eu não acredito no inferno – falou um penitente. Padre Pio disse: Acreditará quando for para lá?” São Padre Pio de Pietrelcina