Encontrados 1393 resultados para: Dan

  • Somos, pues, los ayudantes de Dios, y ahora les suplicamos que no hagan inútil la gracia de Dios que han recibido. (2º Carta a los Corintios 6, 1)

  • por desconocidos, aunque nos conocen. Nos dan por muertos, pero vivimos; se suceden los castigos, pero no somos ajusticiados; (2º Carta a los Corintios 6, 9)

  • Ustedes darán de su abundancia lo que a ellos les falta, y ellos, a su vez, darán de lo que tienen para que a ustedes no les falte. Así reinará la igualdad. (2º Carta a los Corintios 8, 14)

  • Ahí tienen, pues, a Tito, mi compañero y ayudante cerca de ustedes, y con él tienen a hermanos nuestros, delegados de las Iglesias, personas que son la gloria de Cristo. (2º Carta a los Corintios 8, 23)

  • Y poderoso es Dios para bendecirles de mil maneras, de modo que nunca les falte nada y puedan al mismo tiempo cooperar en toda obra buena. (2º Carta a los Corintios 9, 8)

  • Y precisamente para que no me pusiera orgulloso después de tan extraordinarias revelaciones, me fue clavado en la carne un aguijón, verdadero delegado de Satanás, cuyas bofetadas me guardan de todo orgullo. (2º Carta a los Corintios 12, 7)

  • Les saludan todos los santos. (2º Carta a los Corintios 13, 13)

  • Entiendan, pues, que quienes toman el camino de la fe son hijos de Abrahán. (Carta a los Gálatas 3, 7)

  • Está sometido a quienes lo cuidan o se encargan de sus asuntos hasta la fecha fijada por su padre. (Carta a los Gálatas 4, 2)

  • También ustedes, al escuchar la Palabra de la Verdad,el Evangelio que los salva, creyeron en él,quedando sellados con el Espíritu Santo prometido, (Carta a los Efesios 1, 13)

  • Que el Dios de Cristo Jesús nuestro Señor, el Padre que está en la gloria, se les manifieste dándoles espíritu de sabiduría para que lo puedan conocer. (Carta a los Efesios 1, 17)

  • Que les ilumine la mirada interior, para que entiendan lo que esperamos a raíz del llamado de Dios, qué herencia tan grande y gloriosa reserva Dios a sus santos, (Carta a los Efesios 1, 18)


“Desapegue-se daquilo que não é de Deus e não leva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina