Encontrados 396 resultados para: Diez Mandamientos
Le permitió que oyera su voz y lo introdujo en la nube oscura. Le habló cara a cara y le dio los mandamientos, esa ley revelada, ley de vida, para que enseñara la Alianza a Jacob, y sus decretos a Israel. (Sirácides (Eclesiástico) 45, 5)
El Señor le concedió el don de interpretar sus mandamientos y de pronunciarse cuando se trate de enseñar a Jacob sus decisiones, y de esclarecer a Israel con respecto a su Ley. (Sirácides (Eclesiástico) 45, 17)
Le atribuyeron el mérito de haber muerto a diez mil, cantaban sus alabanzas bendiciendo al Señor y le ofrecieron la corona. (Sirácides (Eclesiástico) 47, 6)
Diez cuadras de viña apenas darán un barril de vino, y un quintal de semilla sólo dará un puñado.» (Isaías 5, 10)
La tierra ha sido profanada por los pies de sus habitantes, que pasaron por alto las leyes, violaron los mandamientos y no cumplieron el contrato eterno. (Isaías 24, 5)
La sombra que proyecta el sol sobre las escaleras del palacio de Ajaz va a retroceder diez grados de los ya recorridos.» Y la sombra retrocedió diez grados de los que ya había recorrido. (Isaías 38, 8)
¿Quién permitió que asaltaran a Jacob, o le robaran a Israel? ¿No fue Yavé, contra quien pecamos? Pues no quisieron seguir sus caminos y despreciaron sus mandamientos. (Isaías 42, 24)
Entonces tú les contestarás: «Porque sus padres me dejaron, dice Yavé, y se fueron con otros dioses sirviéndoles e hincándose ante ellos; y a mí me despreciaron y no observaron mis mandamientos. (Jeremías 16, 11)
Llegaron a ella y se adueñaron de ella, pero no escucharon tu voz ni se portaron de acuerdo a tus mandamientos. Y como no hicieron nada de lo que tú les habías ordenado, tú mandaste contra ellos todas estas calamidades. (Jeremías 32, 23)
Pues bien, en el séptimo mes, Ismael, hijo de Netanías, nieto de Elisama y que tenía sangre real, vino con diez hombres a visitar a Godolías, en Mispá. Y mientras estaban comiendo con él, (Jeremías 41, 1)
se levantaron Ismael y sus diez hombres y acuchillaron a Godolías, matando así al que el rey de Babilonia había puesto al frente del país. (Jeremías 41, 2)
Sin embargo, entre esos hombres hubo diez que le dijeron a Ismael: «Consérvanos la vida, pues tenemos escondidas, en el campo, provisiones de trigo, cebada, aceite y miel.» Entonces los perdonó y no los hizo morir como a sus hermanos. (Jeremías 41, 8)