Encontrados 200 resultados para: Diez

  • La sombra que proyecta el sol sobre las escaleras del palacio de Ajaz va a retroceder diez grados de los ya recorridos.» Y la sombra retrocedió diez grados de los que ya había recorrido. (Isaías 38, 8)

  • Pues bien, en el séptimo mes, Ismael, hijo de Netanías, nieto de Elisama y que tenía sangre real, vino con diez hombres a visitar a Godolías, en Mispá. Y mientras estaban comiendo con él, (Jeremías 41, 1)

  • se levantaron Ismael y sus diez hombres y acuchillaron a Godolías, matando así al que el rey de Babilonia había puesto al frente del país. (Jeremías 41, 2)

  • Sin embargo, entre esos hombres hubo diez que le dijeron a Ismael: «Consérvanos la vida, pues tenemos escondidas, en el campo, provisiones de trigo, cebada, aceite y miel.» Entonces los perdonó y no los hizo morir como a sus hermanos. (Jeremías 41, 8)

  • Al cabo de diez días, una palabra de Yavé le llegó a Jeremías. (Jeremías 42, 7)

  • Sedecías se rebeló contra el rey de Babilonia. El año nueve del reinado de Sedecías, el día diez del décimo mes del año, Nabucodonosor, rey de Babilonia, llegó con todo su ejército a atacar a Jerusalén, instaló su campamento frente a la ciudad y la rodeó de trincheras. (Jeremías 52, 4)

  • El día diez del quinto mes, era el año diecinueve de Nabucodonosor, rey de Babilonia, Nebuzardán, comandante de la guardia y uno de los acompañantes más cercanos del rey de Babilonia, hizo su entrada en Jerusalén. (Jeremías 52, 12)

  • Antes de partir, el día diez del mes de Siván, había tomado los vasos del Templo del Señor que habían sido robados, para devolverlos a la tierra de Judá. Eran los vasos de plata que había hecho Sedecías, hijo de Josías, rey de Judá, (Baruc 1, 8)

  • El diez del quinto mes del séptimo año, algunos ancianos de Israel habían venido a consultar a Yavé y se hallaban sentados frente a mí. (Ezequiel 20, 1)

  • Era el comienzo del año vigésimo quinto de nuestro exilio; el diez del mes, catorce años después de la caída de la ciudad; ese día la mano de Yavé se posó sobre mí y me llevó. (Ezequiel 40, 1)

  • Midió el ancho de la entrada del pórtico: diez codos; el pórtico como tal medía trece codos de largo. (Ezequiel 40, 11)

  • El vestíbulo tenía veinte codos de ancho y doce de profundidad; se llegaba a él por diez peldaños. Cerca de los pilares había dos columnas, una a cada lado. (Ezequiel 40, 49)


“Pense em Jesus flagelado por amor a você, e ofereça com generosidade um sacrifício a Ele”. São Padre Pio de Pietrelcina