Encontrados 60 resultados para: Luna

  • antes de que se oscurezcan el sol, la luzla luna y las estrellas,y que vuelvan las nubes apenas haya llovido, (Eclesiastés (Qohelet) 12, 2)

  • ¿Quién es ésta que surge como la aurora, bella como la luna, brillante como el sol, temible como un ejército? El: (Cantar 6, 10)

  • La conversación de un hombre de Dios tiene siempre su sabiduría; el insensato en cambio es cambiante como la luna. (Sirácides (Eclesiástico) 27, 11)

  • Quiero además comunicarles mis reflexiones, de las que estoy repleto como la luna llena. (Sirácides (Eclesiástico) 39, 12)

  • Luego viene la luna, siempre fiel a su cita; ella indica los meses y el calendario. (Sirácides (Eclesiástico) 43, 6)

  • El tiempo de la fiesta nos viene de la luna, cuando después de un plenilunio vuelve a su menguante. (Sirácides (Eclesiástico) 43, 7)

  • De la luna nueva toma su nombre el mes: ¡qué maravilla cuando llega a su creciente! Ella es el estandarte de los ejércitos celestiales, mientras ilumina la extensión del firmamento. (Sirácides (Eclesiástico) 43, 8)

  • Era como la estrella matutina en medio de las nubes, como la luna llena en toda su plenitud; (Sirácides (Eclesiástico) 50, 6)

  • Las estrellas del cielo y sus constelaciones han dejado de alumbrar, el sol ha salido negro y la luna no envia más su luz. (Isaías 13, 10)

  • La luna se pondrá colorada, el sol no sabrá dónde escondersese avergonzará, cuando Yavé de los Ejércitos sea rey sobre el cerro de Sión, en Jerusalén, y aparezca su Gloria ante sus Ancianos. (Isaías 24, 23)

  • Entonces la luna alumbrará como el sol y la luz del sol será siete veces más fuerte el día en que Yavé vende la herida de su pueblo y le haga una curación a las magulladuras de sus golpes. (Isaías 30, 26)

  • Ya no tendrás necesidad del sol para que alumbre tu día, ni de la luna para la noche. Porque Yavé será tu luz eterna, y tu Dios, tu esplendor. (Isaías 60, 19)


“O Senhor se comunica conosco à medida que nos libertamos do nosso apego aos sentidos, que sacrificamos nossa vontade própria e que edificamos nossa vida na humildade.” São Padre Pio de Pietrelcina