Encontrados 60 resultados para: Luna

  • El sol y la luna se oscurecieron y las estrellas retiraron su resplandor. (Joel 4, 15)

  • Ahí están sus palabras: «¿Cuándo pasará la fiesta de la luna nueva, para que podamos vender nuestro trigo? Que pase el sábado, para que abramos nuestras bodegas, pues nos irá tan bien que venderemos hasta el desecho. Vamos a reducir la medida, aumentar los precios y falsear las balanzas.» (Amós 8, 5)

  • El sol detiene su luz y la luna se para de repente al ver el relámpago de tus flechas, el rayo fulgurante de tu lanza. (Habacuc 3, 11)

  • Después de esos días de angustia, el sol se oscurecerá, la luna perderá su brillo, caerán las estrellas del cielo y se bambolearán los mecanismos del universo. (Evangelio según San Mateo 24, 29)

  • Después de esa angustia llegarán otros días; entonces el sol dejará de alumbrar, la luna perderá su brillo, (Evangelio según San Marcos 13, 24)

  • Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y por toda la tierra los pueblos estarán llenos de angustia, aterrados por el estruendo del mar embravecido. (Evangelio según San Lucas 21, 25)

  • El sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre antes de que llegue el Día grande del Señor. (Hecho de los Apóstoles 2, 20)

  • También el resplandor del sol es muy diferente del resplandor de la luna y las estrellas, y el brillo de una estrella difiere del brillo de otra. (1º Carta a los Corintios 15, 41)

  • Y mi visión continuó. Cuando el Cordero abrió el sexto sello, se produjo un violento terremoto; el sol se puso negro como vestido de luto, la luna entera se tiñó como de sangre, (Apocalipsis 6, 12)

  • Tocó el cuarto ángel su trompeta, y quedó afectada la tercera parte del sol, de la luna y de las estrellas; perdieron un tercio de su claridad, la luz del día disminuyó un tercio, y lo mismo la de la noche. (Apocalipsis 8, 12)

  • Apareció en el cielo una señal grandiosa: una mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza. (Apocalipsis 12, 1)

  • La ciudad no necesita luz del sol ni de la luna, porque la gloria de Dios la ilumina y su lámpara es el Cordero. (Apocalipsis 21, 23)


“Quando ofendemos a justiça de Deus, apelamos à Sua misericórdia. Mas se ofendemos a Sua misericórdia, a quem podemos apelar? Ofender o Pai que nos ama e insultar quem nos auxilia é um pecado pelo qual seremos severamente julgados.” São Padre Pio de Pietrelcina