Encontrados 313 resultados para: Madre

  • El padre estará contra del hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre; la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.» (Evangelio según San Lucas 12, 53)

  • «Si alguno quiere venir a mí y no se desprende de su padre y madre, de su mujer e hijos, de sus hermanos y hermanas, e incluso de su propia persona, no puede ser discípulo mío. (Evangelio según San Lucas 14, 26)

  • Ya sabes los mandamientos: No cometas adulterio, no mates, no robes, no levantes falsos testimonios, honra a tu padre y a tu madre.» (Evangelio según San Lucas 18, 20)

  • Las que hablaban eran María de Magdala, Juana y María, la madre de Santiago. También las demás mujeres que estaban con ellas decían lo mismo a los apóstoles. (Evangelio según San Lucas 24, 10)

  • Tres días más tarde se celebraba una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. (Evangelio según San Juan 2, 1)

  • Sucedió que se terminó el vino preparado para la boda, y se quedaron sin vino. Entonces la madre de Jesús le dijo: «No tienen vino.» (Evangelio según San Juan 2, 3)

  • Pero su madre dijo a los sirvientes: «Hagan lo que él les diga.» (Evangelio según San Juan 2, 5)

  • Jesús bajó después a Cafarnaún con su madre, sus hermanos y sus discípulos, y permanecieron allí solamente algunos días. (Evangelio según San Juan 2, 12)

  • Nicodemo le dijo: «¿Cómo renacerá el hombre ya viejo? ¿Quién volverá al seno de su madre?» (Evangelio según San Juan 3, 4)

  • Y decían: «Conocemos a su padre y a su madre, ¿no es cierto? El no es sino Jesús, el hijo de José. ¿Cómo puede decir que ha bajado del cielo?» (Evangelio según San Juan 6, 42)

  • Cerca de la cruz de Jesús estaba su madre, con María, la hermana de su madre, esposa de Cleofás, y María de Magdala. (Evangelio según San Juan 19, 25)

  • Jesús, al ver a la Madre y junto a ella al discípulo que más quería, dijo a la Madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo.» (Evangelio según San Juan 19, 26)


“No tumulto das paixões terrenas e das adversidades, surge a grande esperança da misericórdia inexorável de Deus. Corramos confiantes ao tribunal da penitência onde Ele, com ansiedade paterna, espera-nos a todo instante.” São Padre Pio de Pietrelcina