Encontrados 154 resultados para: casas

  • Pero él les mandó una segunda carta, que decía: «Si son de mi partido y de los que me obedecen, tomen las cabezas de los hijos del rey, su señor, y vengan mañana a conversar conmigo a estas horas en Jezrael.» Los hijos del rey eran setenta y se criaban en las casas de las familias más importantes de la ciudad. (2 Reyes 10, 6)

  • Yavé concedió a Israel un libertador que lo liberó de la opresión de Aram y los israelitas pudieron vivir tranquilos en sus casas, como antes. (2 Reyes 13, 5)

  • incendió la Casa de Yavé, la casa del rey y todas las casas de los poderosos, (2 Reyes 25, 9)

  • Estos que han sido citados por sus nombres son los que vinieron con sus familias y sus casas paternas y se multiplicaron grandemente. (1 Crónicas 4, 38)

  • Sus hermanos, por casas paternas, fueron: Miguel, Mesulam, Seba, Yoraim, Yacán, Zía y Héber: siete. (1 Crónicas 5, 13)

  • Ají, hijo de Abdiel, hijo de Guní, era cabeza de sus casas paternas. (1 Crónicas 5, 15)

  • Eran muy numerosos. He aquí los jefes de sus casas paternas: Efer, Jisí, Eliel, Azriel, Jeremías, Jodavías y Yajdiel, hombres valerosos, gente famosa, jefes de sus casas paternas. (1 Crónicas 5, 24)

  • Hijos de Merarí: Majlí y Musi. Estas son las familias de los levitas, según sus casas paternas. (1 Crónicas 6, 4)

  • Hijos de Tolá: Uzí, Refaías, Yeriel, Yajmay, Yibsam y Samuel, jefe de las casas paternas de Tolá. Su número, en los días de David, era, según sus genealogías, de veintidós mil seiscientos, valientes guerreros. Hijos de Uzí: Yizrajías. (1 Crónicas 7, 2)

  • Hijos de Bela: Esbón, Uzí, Uzziel, Yerimot e Irí: cinco jefes de las casas paternas, esforzados guerreros, inscritos en las genealogías en número de veintidós mil treinta y cuatro. (1 Crónicas 7, 7)

  • Estaban inscritos según sus linajes y los jefes de sus casas paternas tenían veinte mil doscientos guerreros esforzados. (1 Crónicas 7, 9)

  • Jeus, Sakías y Mirmá. Estos son sus hijos, jefes de casas paternas. (1 Crónicas 8, 10)


“Nas tribulações é necessário ter fé em Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina