Encontrados 352 resultados para: desierto
Que se alegren el desierto y la tierra seca, que con flores se alegre la pradera. (Isaías 35, 1)
los cojos saltarán como cabritos y la lengua de los mudos gritará de alegría. Porque en el desierto brotarán chorros de agua, que correrán como ríos por la superficie. (Isaías 35, 6)
Una voz clama: «Abran el camino a Yavé en el desierto; en la estepa tracen una senda para Dios; (Isaías 40, 3)
Haré brotar ríos en los cerros pelados y vertientes en medio de los valles. Convertiré el desierto en lagunas y la tierra seca en manantiales. (Isaías 41, 18)
Plantaré en el desierto cedros, acacias, arrayanes y olivares. En la estepa plantaré cipreses, olmos y alerces (Isaías 41, 19)
¡Que levanten la voz el desierto y sus ciudades, los campos donde vive Cedar! ¡Que los habitantes de Petra lancen gritos y sus aclamaciones resuenen hasta las cumbres! (Isaías 42, 11)
Pues yo voy a realizar una cosa nueva, que ya aparece. ¿No la notan? Sí, trazaré una ruta en las soledades y pondré praderas en el desierto. (Isaías 43, 19)
Los animales salvajes me felicitarán, ya sean lobos o buhos, porque le daré agua al desierto, y los ríos correrán en las tierras áridas para dar de beber a mi pueblo elegido. (Isaías 43, 20)
Así dice Yavé: «Aún me acuerdo de la pasión de tu juventud, de tu cariño como de novia, cuando me seguías por el desierto, por la tierra sin cultivar.» (Jeremías 2, 2)
Ya no preguntan: ¿Dónde está Yavé, que nos hizo salir de Egipto y nos llevó a través del desierto, tierra de estepas y barrancas, tierra árida y tenebrosa, tierra sin habitantes y por donde no transita nadie? (Jeremías 2, 6)
burra salvaje suelta en el desierto, que en el ardor de su pasión olfatea el viento. ¿Quién calmará su celo? (Jeremías 2, 24)
( )¿He sido yo para Israel un desierto o una tierra cubierta de espinos? ¿Por qué, entonces, dice mi pueblo: «Nos apartamos de ti, no queremos verte más?» (Jeremías 2, 31)