Encontrados 475 resultados para: hacía

  • La tribu de Judá acampará hacia el oriente, por donde sale el sol, con su bandera y los diversos cuerpos de su ejército. Najasón, hijo de Aminadab, será el jefe de los hijos de Judá. (Números 2, 3)

  • Al este, frente a la Morada, delante de la Tienda de las Citas hacia oriente, acampaban Moisés y Aarón con sus hijos, que estaban en cargados del Santuario en nombre de los hijos de Israel. Cualquier laico que se acercara, sería muerto. (Números 3, 38)

  • ¡Yavé vuelva hacia ti su rostro y te dé la paz.» (Números 6, 26)

  • «Di a Aarón: Cuando dispongas las lámparas, las colocarás de manera que las siete lámparas alumbren hacia la parte delantera del candelabro.» (Números 8, 2)

  • Cuando se disipó la nube que estaba encima de la Tienda, Miriam había contraído la lepra: su piel estaba blanca como la nieve. ¡Aarón se volvió hacia ella y se dio cuenta de que estaba leprosa! (Números 12, 10)

  • Moisés le dijo entonces a Aarón: "Toma tu incensario, pon en él fuego del altar, échale luego incienso y corre hacia la comunidad con tu incensario. Harás la expiación por ellos, porque se ha desencadenado la cólera de Yavé y ha comenzado el castigo. (Números 17, 11)

  • Aarón hizo como Moisés se lo había dicho, y corrió hacia la comunidad. El flagelo ya estaba azotando al pueblo. Aarón puso el incienso e hizo la expiación por el pueblo; (Números 17, 12)

  • El sacerdote Eleazar untará su dedo en la sangre y rociará siete veces volviéndose hacia la entrada de la Tienda de las Citas. (Números 19, 4)

  • Partieron de allí y acamparon en las Ruinas de los Abarim, en el desierto, al este de Moab, hacia el lado del sol naciente. (Números 21, 11)

  • y la pendiente de la quebrada que baja hacia Ar, pegada a la frontera de Moab". (Números 21, 15)

  • y de Bamot al arroyo que está en la campiña de Moab, hacia el monte Pisgá, frente al desierto. (Números 21, 20)

  • Partieron de Etam, pero volvieron hacia Pi-hajirot y pasaron por medio del mar hacia el desierto. (Números 33, 7)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina