Encontrados 79 resultados para: historia de Tobías

  • Sambalat, el joronita; Tobías, el siervo amonita, y Guesem, el árabe, se rieron de nosotros y vinieron a decirnos: «¿Qué hacen? Se están rebelando contra el rey.» (Nehemías 2, 19)

  • Tobías, el amonita, que estaba a su lado, dijo: «Déjenlos que construyan; pues cualquier zorro echará abajo su muralla.» (Nehemías 3, 35)

  • Sambalat, Tobías, los árabes, los amonitas y los vecinos de Azoto vieron que la reparación de la muralla adelantaba y que los hoyos empezaban a taparse. Se enojaron mucho, (Nehemías 4, 1)

  • Sambalat, Tobías, el árabe, Guesem y los demás enemigos nuestros supieron que yo había levantado nuevamente la muralla de Jerusalén. No quedaba ningún hoyo, aunque todavía no se habían puesto las puertas. (Nehemías 6, 1)

  • Había comprendido que Semeías no había sido enviado por Dios, sino que Tobías lo había comprado para que me asustara. (Nehemías 6, 12)

  • Acuérdate, Dios mío, de Tobías, por lo que ha hecho; y también de la profetisa Nadías, y de los demás profetas que trataron de asustarme. (Nehemías 6, 14)

  • En este mismo tiempo varios judíos destacados escribían y recibían cartas seguidas de Tobías. (Nehemías 6, 17)

  • Pues Tobías tenía muchos amigos en Judá porque era yerno de Secanías, hijo de Araj, y por estar casado su hijo Jojanán con la hija de Mesulam, hijo de Berequías. (Nehemías 6, 18)

  • Incluso llegaron a hablar bien de Tobías en mi presencia, al mismo tiempo que le contaban todas mis palabras. Y era éste, Tobías, quien me mandaba cartas para asustarme. (Nehemías 6, 19)

  • los hijos de Belaías, los de Tobías y los de Necodá, 642. (Nehemías 7, 62)

  • Antes de esto, el sacerdote Elyasib había sido encargado de los departamentos de la Casa de nuestro Dios. Como era pariente de Tobías, (Nehemías 13, 4)

  • volví a Jerusalén y me enteré del mal que había hecho Elyasib para complacer a Tobías, proporcionándole un departamento en los edificios de la Casa de Yavé. (Nehemías 13, 7)


“Ouço interiormente uma voz que constantemente me diz: Santifique-se e santifique!” São Padre Pio de Pietrelcina