Encontrados 102 resultados para: misericordia

  • No tiene misericordia con otro hombre, su semejante, y ¿suplica por sus propios pecados? (Sirácides (Eclesiástico) 28, 4)

  • Hará justicia a su pueblo y su pueblo se alegrará de su misericordia. (Sirácides (Eclesiástico) 35, 23)

  • ¡Su misericordia será tan bienvenida en momentos de angustia como lo son las nubes después de una sequía! (Sirácides (Eclesiástico) 35, 24)

  • La generosidad, en cambio, es como un jardín de bendiciones, la misericordia permanece para siempre. (Sirácides (Eclesiástico) 40, 17)

  • ¡Y ahora bendigan al Dios del Universo que hace en todas partes grandes cosas! Desde que nacemos nos hace vivir, y nos trata siempre con misericordia. (Sirácides (Eclesiástico) 50, 22)

  • ¡Grande es tu misericordia, grande es tu Nombremme arrancaste de las fauces listas para devorarmedde las manos de los que querían quitarme la vidamme salvaste de múltiples pruebas (Sirácides (Eclesiástico) 51, 3)

  • Alégrense pues de la misericordia del Señor, no tengan vergüenza de alabarlo. (Sirácides (Eclesiástico) 51, 29)

  • Así dice Yavé: «No tendré piedad ni misericordia, y sin perdón los destruiré.» (Jeremías 13, 14)

  • Y Yavé insistió: «No entres en la casa donde celebran un duelo. No llores con ellos ni te lamentes en voz alta. Porque, en adelante, no daré más mi paz a este pueblo, ni le haré misericordia, ni le tendré compasión. (Jeremías 16, 5)

  • Sí, yo esperaba que el Eterno les vendría a salvar y el Santo me ha consolado; me alegro por la misericordia que pronto les mostrará. (Baruc 4, 22)

  • Porque él guiará a Israel en la alegría y a la luz de su gloria, escoltándolos con su misericordia y justicia. (Baruc 5, 9)

  • Lo juro por mi vida, dice Yavé, puesto que tú ensuciaste mi santuario con todas tus inmundicias y horrores, yo, por mi parte, te arrasaré, no te miraré con piedad, seré sin misericordia. (Ezequiel 5, 11)


“Nunca vá se deitar sem antes examinar a sua consciência sobre o dia que passou. Enderece todos os seus pensamentos a Deus, consagre-lhe todo o seu ser e também todos os seus irmãos. Ofereça à glória de Deus o repouso que você vai iniciar e não esqueça do seu Anjo da Guarda que está sempre com você.” São Padre Pio de Pietrelcina