Encontrados 232 resultados para: muertos

  • Bajo la tierra, el reino de los muertos se agita por ti, para darte la bienvenida; despierta a las sombras de todos los grandes de la tierra y se levantan de sus tronos los reyes de los pueblos. (Isaías 14, 9)

  • Tu esplendor junto al sonido de tus arpas han sido lanzados al lugar adonde van los muertos, tienes gusanos como cama y, para cubrirte, lombrices.» (Isaías 14, 11)

  • Mas, ¡ay!, has caído en las honduras del abismo, en el lugar adonde van los muertos. (Isaías 14, 15)

  • Los muertos no volverán, y sus sombras no se levantarán, pues los has juzgado y los hiciste morir; has borrado hasta el recuerdo de su nombre. (Isaías 26, 14)

  • ¡Tus muertos revivirán, y sus cadáveres resucitarán! Despierten y den gritos de júbilo todos ustedes, que yacen en el polvo. Que baje tu rocío, Señor, rocío de luz, y la tierra nos devolverá a los muertos. (Isaías 26, 19)

  • Ustedes dicen: «Hemos hecho un contrato con la Muerte, y con el lugar de los muertos hemos firmado un acuerdo. El vendaval destructor pasará y no nos llevará, pues nos refugiaremos en ilusiones y nos esconderemos tras mámparas.» (Isaías 28, 15)

  • será roto su contrato con la Muerte y su pacto con el Lugar de los Muertos quedará sin efecto. Pasará el vendaval destructor, y a ustedes se los llevará. (Isaías 28, 18)

  • Los muertos están tirados por las calles, y se siente la fetidez de sus cadáveres. Los montes chorrean sangre, (Isaías 34, 3)

  • Yo decía: En la mitad de mis días ya me marcho; seré encerrado para el resto de mis años en el lugar adonde vn los muertos. (Isaías 38, 10)

  • Pues los muertos no te alaban, ¿podría acaso celebrarte la Muerte, o los que caen en el hoyo proclamar tu fidelidad? (Isaías 38, 18)

  • Tú acudiste al Moloc con aceites y le ofreciste perfumes; por él mandaste mensajeros muy lejos: esos niños que has enviado a dónde los muertos. (Isaías 57, 9)

  • Palpamos las paredes como ciegos y caminamos con miedo, como los que no ven. Tropezamos al mediodía como si fuera de noche, y en la fuerza de la edad, ya somos como muertos. (Isaías 59, 10)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina