Encontrados 541 resultados para: mujer adúltera

  • En cuanto a ustedes, cada uno ame a su esposa como a sí mismo, y la mujer, a su vez, respete a su marido. (Carta a los Efesios 5, 33)

  • Cuando todos se sientan en paz y seguridad, les caerá de repente la catástrofe encima, lo mismo que llegan los dolores de parto a la mujer embarazada, y nadie podrá escapar. (1º Carta a los Tesalonicenses 5, 3)

  • Si una mujer ha recibido una formación realmente religiosa, las buenas obras han de ser sus adornos. (1º Carta a Timoteo 2, 10)

  • Que la mujer sea sumisa y sepa aprender en vez de molestar. (1º Carta a Timoteo 2, 11)

  • No permito que la mujer enseñe ni que quiera corregir a su marido; que se quede tranquila, (1º Carta a Timoteo 2, 12)

  • Y no fue Adán el que se dejó engañar, sino la mujer, y por ella vino la desobediencia. (1º Carta a Timoteo 2, 14)

  • Si alguna mujer creyente tiene viudas en su familia, que las atienda. Así la Iglesia no tendrá que cargar con ellas y podrá socorrer a las que son viudas en el justo sentido. (1º Carta a Timoteo 5, 16)

  • No pueden ver a una mujer sin desearla, no se cansan de pecar y de seducir a las almas poco firmes. Son gente maldita, que tienen el corazón ejercitado en la codicia. (2º Carta de Pedro 2, 14)

  • Pero tengo contra ti que dejas actuar a tu Jezabel, esa mujer que se llama a sí misma profetisa, que enseña a mis servidores y los hace descarriar, pues se prostituyen y comen carnes sacrificadas a los ídolos. (Apocalipsis 2, 20)

  • sus cabellos son como los de mujer y sus dientes como los de leones. (Apocalipsis 9, 8)

  • Apareció en el cielo una señal grandiosa: una mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza. (Apocalipsis 12, 1)

  • con su cola barre la tercera parte de las estrellas del cielo, precipitándolas sobre la tierra. El dragón se detuvo delante de la mujer que iba a dar a luz, para devorar a su hijo en cuanto naciera. (Apocalipsis 12, 4)


“No juízo final daremos contas a Deus até de uma palavra inútil que tenhamos dito.” São Padre Pio de Pietrelcina