Encontrados 81 resultados para: oficiales

  • a ustedes les tomará sus campos, sus viñas y sus mejores olivares y se los dará a sus oficiales; (1 Samuel 8, 14)

  • Todo el pueblo lo quería, incluso los oficiales de Saúl. Cuando David volvió con el pueblo después de haber derrotado al filisteo, las mujeres salieron de todas las ciudades de Israel al encuentro del rey Saúl, con tambores y arpas y con gritos de alegría. (1 Samuel 18, 6)

  • Cada vez que salían los jefes de los filisteos a campaña, David obtenía más éxito contra ellos que todos los demás oficiales de Saúl, de tal manera que su nombre se hizo cada vez más famoso. (1 Samuel 18, 30)

  • Supo Saúl que David y los hombres que lo acompañaban habían sido descubiertos. Y estando Saúl en Guibea, en el alto, debajo del tamarisco, con la lanza en la mano, rodeado de todos sus oficiales, (1 Samuel 22, 6)

  • Abner, hijo de Ner, y los oficiales de Isbaal, salieron de Majanayim hacia Gabaón para pelear. (2 Samuel 2, 12)

  • También salieron Joab, hijo de Sarvia, y los oficiales de David, concentrándose cerca del estanque de Gabaón; unos se detuvieron a un lado del estanque y los otros al lado opuesto. (2 Samuel 2, 13)

  • Urías le respondió: «El Arca, Israel y Judá viven en tiendas de cam paña; mi general Joab y sus oficiales acampan al aire libre; ¿cómo puedo yo ir a mi casa para comer, beber y dormir con mi esposa? Por Yavé y por tu vida, que no haré tal cosa.» (2 Samuel 11, 11)

  • En efecto, los sitiados hicieron una salida y mataron a varios hombres y oficiales de David, entre ellos a Urías, el heteo. (2 Samuel 11, 17)

  • Sus oficiales le dijeron: «¿Qué es lo que haces? Cuando el niño vivía, ayunabas y llorabas, ¿y ahora que ha muerto, te levantas y comes?» (2 Samuel 12, 21)

  • Fue, pues, a convidar al rey y a sus oficiales para que fueran a su casa. (2 Samuel 13, 24)

  • Sus oficiales le respondieron: «Sea cual fuere tu decisión, cuenta con tus servidores.» (2 Samuel 15, 15)

  • Lanzaba piedras a David y a sus oficiales, sin importarle la gente y los guardias que rodeaban al rey. Maldecía al rey en estos términos: (2 Samuel 16, 6)


“Não nos preocupemos quando Deus põe à prova a nossa fidelidade. Confiemo-nos à Sua vontade; é o que podemos fazer. Deus nos libertará, consolará e enorajará.” São Padre Pio de Pietrelcina