Encontrados 223 resultados para: pies

  • Ahora es pisoteada, pasan sobre ella los pies de los humildes y de los pobres. (Isaías 26, 6)

  • El los persigue y avanza sin que lo molesten, sus pies apenas tocan el camino. (Isaías 41, 3)

  • Los reyes serán tus padres adoptivos y sus princesas tus niñeras. Se agacharán delante de ti hasta tocar el suelo y besarán el polvo de tus pies. Entonces tú sabrás que Yo soy Yavé; y que nunca defraudo a los que esperan en mí. (Isaías 49, 23)

  • Con sus pies corren al mal y se apresuran en derramar la sangre inocente. Sus proyectos son proyectos asesinos, por donde pasan, sólo dejan ruina y calamidades. (Isaías 59, 7)

  • Vendrán a verte y se inclinarán ante ti los hijos de los que te humillaban, y se echarán a tus pies los que te despreciaban. Te llamarán: «Ciudad de Yavé», «Sión del Santo de Israel». (Isaías 60, 14)

  • Así se expresa Yavé: ¡El cielo es mi trono y la tierra la tarima para mis pies! ¿Qué casa podrían ustedes edificarme, o en qué parte fijarían mi lugar de reposo, (Isaías 66, 1)

  • Qué bien andaban tus pies en busca de amor. Conoces todos los caminos, aun los del crimen. (Jeremías 2, 33)

  • Reconozcan a Yavé, su Dios, antes que llegue la noche y sus pies tropiecen en las oscuras montañas. Ustedes esperaban la luz, pero él la cambia en sombra de muerte y, luego, en total oscuridad. (Jeremías 13, 16)

  • Para los profetas. Se me parte el corazón en mi pecho, tiemblo de pies a cabeza; quedo como un borracho que ha volteado el vino, al ver a Yavé y oír sus santas palabras: (Jeremías 23, 9)

  • Todas tus mujeres que han quedado en el palacio del rey de Judá son llevadas a los generales del rey de Babilonia, y se burlan de ti con esta canción: «Te han engañado tus buenos amigos; al hundirse tus pies en el fango, ellos te abandonaron.» (Jeremías 38, 22)

  • El fuego que lanzó de lo alto bajó hasta mis huesos; tendió una red a mis pies y me hizo caer de espaldas. Me dejó abandonada y siempre doliente. (Lamentaciones 1, 13)

  • Ay, ¡cómo ha oscurecido, en su cólera, el Señor a la Hija de Sión! Ha derribado del cielo a la tierra la gloria de Israel; en su enojo no se acordó de su Templo, en que descansaron sus pies. (Lamentaciones 2, 1)


“O Anjo de Deus não nos abandona jamais.” São Padre Pio de Pietrelcina