Encontrados 100 resultados para: puro

  • pero lo comerás como se come la gacela o el ciervo: de él comerán igualmente el que se encuentre puro y el que no. (Deuteronomio 12, 22)

  • sino que lo comerás en tu casa y tanto el hombre puro como el impuro podrán comer de él, como si se tratara de una gacela o de un ciervo. (Deuteronomio 15, 22)

  • Si hay entre los tuyos un hombre que no esté puro por causa de una polución nocturna, saldrá fuera del campamento y no volverá a entrar. (Deuteronomio 23, 11)

  • Durante cuarenta años, Yavé los ha hecho caminar por el desierto, sin que se les hayan gastado los vestidos, ni se haya roto de puro viejo el calzado de sus pies. (Deuteronomio 29, 4)

  • puro con el puro, pero astuto con el malicioso, (2 Samuel 22, 27)

  • Luego sirvieron a la gente. Pero en cuanto probaron la sopa, gritaron: «Hombre de Dios, es puro veneno», y no pudieron comer más. (2 Reyes 4, 40)

  • oro puro para los tenedores, los acetres y los jarros; y asimismo lo correspondiente para las copas de oro, según el peso de cada copa y para las copas de plata, según el peso de cada copa; para el altar del incienso, oro acrisolado según el peso. (1 Crónicas 28, 17)

  • El vestíbulo que estaba delante tenía una longitud de veinte codos, correspondientes al ancho de la casa, y una altura de ciento veinte. Salomón lo recubrió por dentro de oro puro. (2 Crónicas 3, 4)

  • Construyó también la sala del Lugar Santísimo, cuya longitud, correspondiente al ancho de la Casa, era de veinte codos y su anchura igualmente de veinte codos. Lo revistió de oro puro, por seiscientos talentos. (2 Crónicas 3, 8)

  • las flores, las lámparas y las tijeras para cortar las mechas, todo de oro puro. (2 Crónicas 4, 21)

  • Igualmente los cuchillos, las copas, las tazas y los incensarios, de oro puro. Eran también de oro los goznes de las puertas interiores de la Casa hacia el Lugar Santísimo, y de las puertas de la Casa hacia el Lugar Santo. (2 Crónicas 4, 22)

  • El rey hizo un gran trono de marfil y lo revistió de oro puro. (2 Crónicas 9, 17)


“O meu passado, Senhor, à Tua misericórdia. O meu Presente, ao Teu amor. O meu futuro, à Tua Providência.” São Padre Pio de Pietrelcina