Encontrados 572 resultados para: red

  • En eso vio dos barcas amarradas al borde del lago; los pescadores habían bajado y lavaban las redes. (Evangelio según San Lucas 5, 2)

  • Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: «Lleva la barca mar adentro y echen las redes para pescar.» (Evangelio según San Lucas 5, 4)

  • Simón respondió: «Maestro, por más que lo hicimos durante toda la noche, no pescamos nada; pero, si tú lo dices, echaré las redes.» (Evangelio según San Lucas 5, 5)

  • Así lo hicieron, y pescaron tal cantidad de peces, que las redes casi se rompían. (Evangelio según San Lucas 5, 6)

  • Lo mismo se rumoreaba de él en todo el país judío y en sus alrededores. (Evangelio según San Lucas 7, 17)

  • Jesús iba recorriendo ciudades y aldeas, predicando y anunciando la Buena Nueva del Reino de Dios. Lo acompañaban los Doce (Evangelio según San Lucas 8, 1)

  • Ellos partieron a recorrer los pueblos; predicaban la Buena Nueva y hacían curaciones en todos los lugares. (Evangelio según San Lucas 9, 6)

  • El día comenzaba a declinar. Los Doce se acercaron para decirle: «Despide a la gente para que se busquen alojamiento y comida en las aldeas y pueblecitos de los alrededores, porque aquí estamos lejos de todo.» (Evangelio según San Lucas 9, 12)

  • Jesús respondió: «Gente incrédula y extraviada, ¿hasta cuándo estaré entre ustedes y tendré que soportarlos? (Evangelio según San Lucas 9, 41)

  • Los habitantes de Nínive resucitarán en el día del Juicio junto con la gente de hoy, y los acusarán, porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí ustedes tienen mucho más que Jonás. (Evangelio según San Lucas 11, 32)

  • El viñador contestó: «Señor, déjala un año más y mientras tanto cavaré alrededor y le echaré abono. (Evangelio según San Lucas 13, 8)

  • Cierto hombre importante le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?» (Evangelio según San Lucas 18, 18)


“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina