Encontrados 177 resultados para: �Haya

  • fijaba mi atención en ustedes. Pero no hay nadie que haya refutado a Job, ninguno de ustedes respondió a sus palabras. (Job 32, 12)

  • ¡Haya paz en tus muros y seguridad en tus palacios!". (Salmos 122, 7)

  • Que nuestros bueyes estén bien cargados, que no haya brechas ni aberturas en los muros ni gritos de angustia en nuestras plazas. (Salmos 144, 14)

  • Cada año confían a un solo hombre el poder y el dominio sobre toda la nación, y todos le obedecen, sin que haya entre ellos envidias ni celos. (I Macabeos 8, 16)

  • Si alguno de ustedes es apto para enrolarse en nuestro séquito, podrá inscribirse. Y que haya paz entre nosotros". (I Macabeos 13, 40)

  • Por lo tanto, si se encuentra entre ustedes algún hombre indeseable que haya huido del país de los judíos, entréguenlo al Sumo Sacerdote Simón, para que lo castigue de acuerdo con su ley". (I Macabeos 15, 21)

  • Que ellas sean para ti solo y que no haya extraños junto a ti. (Proverbios 5, 17)

  • Corrige a tu hijo mientras haya esperanza, pero no te arrebates hasta hacerlo morir. (Proverbios 19, 18)

  • Apenas los había pasado, encontré al amado de mi alma. Lo agarré, y no lo soltaré hasta que lo haya hecho entrar en la casa de mi madre, en la habitación de la que me engendró. (Cantar 3, 4)

  • Ellos se dicen entre sí, razonando equivocadamente: "Breve y triste es nuestra vida, no hay remedio cuando el hombre llega a su fin ni se sabe de nadie que haya vuelto del Abismo. (Sabiduría 2, 1)

  • Al comienzo, ella lo conducirá por un camino sinuoso, le infundirá temor y estremecimiento y lo hará sufrir con su disciplina, hasta que tenga confianza en él y lo haya probado con sus exigencias. (Eclesiástico 4, 17)

  • una pasión encendida como el fuego ardiente no se extinguirá hasta quedar consumida; un hombre lleno de lujuria en su cuerpo carnal no cesará hasta que el fuego lo abrase; para el lujurioso toda comida es dulce, y no se calmará hasta que haya muerto. (Eclesiástico 23, 17)


“Devemos odiar os nossos pecados, visto que o amor ao Senhor significa paz”. São Padre Pio de Pietrelcina