Encontrados 88 resultados para: Arám
La ira del Señor se encendió contra Israel, y lo entregó en manos de Jazael, rey de Arám, y de Ben Hadad, hijo de Jazael, todo aquel tiempo. (II Reyes 13, 3)
Joacaz aplacó al Señor, y el Señor lo escuchó, al ver cómo el rey de Arám oprimía a Israel. (II Reyes 13, 4)
Entonces el Señor dio a Israel un salvador, que lo liberó del dominio de Arám, y los israelitas vivieron tranquilos en sus carpas como antes. (II Reyes 13, 5)
Por eso el Señor no le dejó a Joacaz más que un ejército de cincuenta jinetes, diez carros de guerra y mil hombres de a pie. Porque el rey de Arám había hecho perecer a los demás, y los había reducido a polvo que se pisotea. (II Reyes 13, 7)
y dijo: "Abre la ventana que da hacia el este". Él la abrió, y Eliseo dijo: "¡Tira!". Cuando el rey tiró, Eliseo dijo: "¡Flecha de victoria para el Señor! ¡Flecha de victoria contra Arám! Tú derrotarás a Arám en Afec hasta el exterminio". (II Reyes 13, 17)
El hombre de Dios se irritó contra él y le dijo: "Si hubieras golpeado cinco o seis veces, habrías derrotado a Arám hasta el exterminio; pero ahora, no derrotarás a Arám más que tres veces". (II Reyes 13, 19)
Jazael, rey de Arám, había oprimido a Israel durante todo el tiempo de Joacaz. (II Reyes 13, 22)
Jazael, rey de Arám, murió, y su hijo Ben Hadad reinó en lugar de él. (II Reyes 13, 24)
En aquellos días, el Señor comenzó a lanzar contra Judá a Rasón, rey de Arám, y a Pécaj, hijo de Remalías. (II Reyes 15, 37)
Entonces Resín, rey de Arám, y Pécaj, hijo de Remalías, rey de Israel, subieron a combatir contra Jerusalén. Asediaron a Ajaz, pero no pudieron entrar en combate. (II Reyes 16, 5)
Fue en aquel tiempo cuando Resín, rey de Arám, recuperó a Elat para Arám. Él desalojó de Elat a los judíos, y los edomitas entraron en Elat, donde han permanecido hasta el día de hoy. (II Reyes 16, 6)
Ajaz envió mensajeros a Tiglat Piléser, rey de Asiria, para decirle: "Soy tu servidor y tu hijo; sube a salvarme del poder del rey de Arám y del rey de Israel, que se han levantado contra mí". (II Reyes 16, 7)