Encontrados 131 resultados para: Ciento

  • Él presentó como ofrenda una fuente de plata, que pesaba ciento treinta siclos, y un tazón de plata, de setenta siclos -en siclos del Santuario- ambos recipientes llenos de harina de la mejor calidad, amasada con aceite, para una oblación; (Números 7, 73)

  • Él presentó como ofrenda una fuente de plata, que pesaba ciento treinta siclos, y un tazón de plata, de setenta siclos -en siclos del Santuario- ambos recipientes llenos de harina de la mejor calidad, amasada con aceite, para una oblación; (Números 7, 79)

  • Cada fuente pesaba ciento treinta siclos, y cada tazón, setenta. Toda la plata de estos objetos sumaba en total dos mil cuatrocientos siclos, en siclos del Santuario. (Números 7, 85)

  • Las doce navetas de oro llenas de incienso -a razón de diez siclos del Santuario por naveta- sumaban en total ciento veinte siclos. (Números 7, 86)

  • Cuando murió en el monte Hor, Aarón tenía ciento veintitrés años. (Números 33, 39)

  • "Ya tengo ciento veinte años. En adelante no podré ejercer ninguna actividad; además, el Señor me dijo: ‘Tú no pasarás el Jordán’. (Deuteronomio 31, 2)

  • Cuando murió, Moisés tenía ciento veinte años, pero sus ojos no se habían debilitado, ni había disminuido su vigor. (Deuteronomio 34, 7)

  • Después de un tiempo, Josué, hijo de Nun, el servidor del Señor, murió a la edad de ciento diez años. (Josué 24, 29)

  • Josué, hijo de Nun, el servidor del Señor, murió a la edad de ciento diez años. (Jueces 2, 8)

  • Zébaj y Salmuná estaban en Carcor con su ejército. Eran unos quince mil hombres, es decir, todos los sobrevivientes del campamento de los Orientales. Los que habían caído eran ciento veinte mil armados de espada. (Jueces 8, 10)

  • Salomón inmoló, como sacrificios de comunión en honor del Señor, veintidós mil bueyes y ciento veinte mil carneros. Así, el rey y todos los israelitas dedicaron la Casa del Señor. (I Reyes 8, 63)

  • Jirám había enviado al rey Salomón ciento veinte talentos de oro. (I Reyes 9, 14)


“Diga ao Senhor: Faça em mim segundo a Tua vontade, mas antes de mandar-me o sofrimento, dê-me forças para que eu possa sofrer com amor.”. São Padre Pio de Pietrelcina