Encontrados 415 resultados para: Ofrendas del Templo

  • Los primeros que volvieron a habitar en sus propiedades y ciudades fueron israelitas, sacerdotes, levitas y empleados del Templo. (I Crónicas 9, 2)

  • Otros tenían a su cuidado los utensilios, todos los vasos sagrados, la harina de las ofrendas, el vino, el aceite, el incienso y los aromas. (I Crónicas 9, 29)

  • Matatías, uno de los levitas, el primogénito de Salúm, el coreíta, estaba encargado permanentemente de las ofrendas que se freían en la sartén. (I Crónicas 9, 31)

  • También había cantores, jefes de familias levíticas, que vivían en las habitaciones del templo, exentos de todo otro servicio, porque se ocupaban día y noche de su ministerio. (I Crónicas 9, 33)

  • Depositaron las armas de Saúl en el templo de su dios y colgaron su cabeza en el templo de Dagón. (I Crónicas 10, 10)

  • Asimismo, tenían a su cargo los panes de la ofrenda, la harina para la oblación, las tortas sin levadura, las ofrendas fritas a la sartén o cocidas, y todas las medidas de capacidad y longitud. (I Crónicas 23, 29)

  • Selomit y sus hermanos estaban al frente de los tesoros de las ofrendas sagradas que habían sido dedicadas por el rey David, por los jefes de familias, por los jefes de mil y de cien hombres, y por otros oficiales del ejército. (I Crónicas 26, 26)

  • Más aún, lo que yo poseo personalmente en oro y plata, lo entrego por amor a la Casa de mi Dios, además de todo lo que he preparado para el Templo santo: (I Crónicas 29, 3)

  • Entonces los jefes de familia, los jefes de las tribus de Israel, los jefes de mil y de cien hombres, y los encargados de las obras del rey, entregaron espontáneamente sus ofrendas, (I Crónicas 29, 6)

  • El pueblo se alegró por estas ofrendas voluntarias, porque las habían presentado al Señor de todo corazón. Y también el rey David se llenó de alegría. (I Crónicas 29, 9)

  • Porque ¿quién soy yo y quién es mi pueblo, para que podamos presentarte estas ofrendas voluntarias? En realidad, todo viene de ti y de tu mano procede lo que te damos. (I Crónicas 29, 14)

  • Concede a mi hijo Salomón un corazón íntegro, para que observe y cumpla todos tus mandamientos, tus testimonios y tus leyes, y edifique el Templo que yo te he preparado". (I Crónicas 29, 19)


“No tumulto das paixões terrenas e das adversidades, surge a grande esperança da misericórdia inexorável de Deus. Corramos confiantes ao tribunal da penitência onde Ele, com ansiedade paterna, espera-nos a todo instante.” São Padre Pio de Pietrelcina