Encontrados 624 resultados para: Ojos

  • Yo levanté de nuevo los ojos y tuve una visión: Había cuatro carros que salían de entre las dos montañas, y las montañas eran de bronce. (Zacarías 6, 1)

  • Si esto parece imposible a los ojos del resto de este pueblo, ¿será también imposible para mí? -oráculo del Señor de los ejércitos-. (Zacarías 8, 6)

  • Yo acamparé junto a mi casa como una guardia contra los que pasan y vuelven: no pasará más entre ellos ningún opresor, porque ahora he visto con mis ojos. (Zacarías 9, 8)

  • Aquel día -oráculo del Señor- yo aturdiré a todos los caballos y enloqueceré a sus jinetes; abriré mis ojos sobre la casa de Judá y encegueceré a todos los pueblos. (Zacarías 12, 4)

  • Y el Señor castigará a todos los pueblos que hayan hecho la guerra contra Jerusalén con esta plaga: hará que se pudra su carne cuando todavía estén en pie, sus ojos se pudrirán en sus órbitas y su lengua dentro de su boca. (Zacarías 14, 12)

  • Ustedes lo verán con sus ojos y dirán: "¡Grande es el Señor, aún más allá del territorio de Israel!". (Malaquías 1, 5)

  • Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que ellos vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el cielo. (Mateo 5, 16)

  • Jesús les tocó los ojos, diciendo: «Que suceda como ustedes han creído». (Mateo 9, 29)

  • Y se les abrieron sus ojos. Entonces Jesús los conminó: «¡Cuidado! Que nadie lo sepa». (Mateo 9, 30)

  • Porque el corazón de este pueblo se ha endurecido, tienen tapados sus oídos y han cerrado sus ojos, para que sus ojos no vean, y sus oídos no oigan, y su corazón no comprenda, y no se conviertan, y yo no los cure. (Mateo 13, 15)

  • Felices, en cambio, los ojos de ustedes, porque ven; felices sus oídos, porque oyen. (Mateo 13, 16)

  • Y después de ordenar a la multitud que se sentara sobre el pasto, tomó los cinco panes y los dos pescados, y levantando los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió los panes, los dio a sus discípulos, y ellos los distribuyeron entre la multitud. (Mateo 14, 19)


“Ouço interiormente uma voz que constantemente me diz: Santifique-se e santifique!” São Padre Pio de Pietrelcina