Encontrados 275 resultados para: Salomón

  • Entonces el Señor se apareció a Salomón durante la noche y le dijo: "He oído tu oración y me he elegido este lugar como Templo para los sacrificios. (II Crónicas 7, 12)

  • Al cabo de los veinte años que tardó Salomón en construir la Casa del Señor y su propia casa, (II Crónicas 8, 1)

  • y también Baalat, todos los centros de aprovisionamiento que tenía Salomón, todas las ciudades para los carros de guerra y la caballería, y todas las demás construcciones que Salomón quiso levantar en Jerusalén, en el Líbano y en todo el país sometido a su dominio. (II Crónicas 8, 6)

  • -es decir, a sus descendientes, que habían quedado después de ellos en el país, porque los israelitas no los habían exterminado- Salomón les impuso trabajos serviles hasta el día de hoy. (II Crónicas 8, 8)

  • Los supervisores de los capataces puestos por Salomón eran doscientos cincuenta hombres, que dirigían al personal. (II Crónicas 8, 10)

  • Salomón hizo subir a la hija del Faraón desde la Ciudad de David a la casa que había edificado para ella, porque él decía: "Mi mujer no puede habitar en la casa de David, el rey de Israel, ya que los lugares donde ha entrado el Arca del Señor son sagrados". (II Crónicas 8, 11)

  • Entonces Salomón comenzó a ofrecer holocaustos al Señor sobre el altar que había erigido ante el vestíbulo del Templo. (II Crónicas 8, 12)

  • Así se llevó a cabo toda la obra de Salomón, desde el día en que se pusieron los cimientos de la Casa del Señor hasta su terminación. La Casa del Señor quedó totalmente concluida. (II Crónicas 8, 16)

  • Entonces Salomón se dirigió a Esión Guéber y a Elat, a orillas del mar, en el país de Edóm. (II Crónicas 8, 17)

  • Jirám, por medio de sus servidores, le envió una flota y algunos marineros, buenos conocedores del mar. Ellos fueron a Ofir con los servidores de Salomón, y trajeron de allí cuatrocientos talentos de oro, que entregaron al rey Salomón. (II Crónicas 8, 18)

  • La reina de Sabá oyó hablar de la fama de Salomón, y fue a ponerlo a prueba, proponiéndole unos enigmas. Llegó a Jerusalén con un séquito imponente, con camellos cargados de perfumes, de gran cantidad de oro y de piedras preciosas. Cuando se presentó ante Salomón, le expuso todo lo que tenía pensado decirle. (II Crónicas 9, 1)

  • Salomón respondió a todas sus preguntas: no hubo para él ninguna cuestión tan oscura que no se la pudiera explicar. (II Crónicas 9, 2)


“Que Maria sempre enfeite sua alma com as flores e o perfume de novas virtudes e coloque a mão materna sobre sua cabeça. Fique sempre e cada vez mais perto de nossa Mãe celeste, pois ela é o mar que deve ser atravessado para se atingir as praias do esplendor eterno no reino do amanhecer.” São Padre Pio de Pietrelcina