Encontrados 275 resultados para: Salomón

  • Salomón decidió construir una Casa para el nombre del Señor y un palacio real para sí mismo. (II Crónicas 1, 18)

  • Salomón mandó a decir a Jirám, rey de Tiro: "Haz conmigo lo mismo que hiciste con mi padre David, cuando le enviaste maderas de cedro para que se construyera una casa donde habitar. (II Crónicas 2, 2)

  • Jirám, rey de Tiro, respondió en una carta que envió al rey Salomón: "Por el amor que el Señor tiene a su pueblo te ha constituido rey sobre él". (II Crónicas 2, 10)

  • Salomón hizo el censo de todos los extranjeros residentes en Israel, semejante al que había hecho su padre David, y se comprobó que estos eran ciento cincuenta y tres mil seiscientos. (II Crónicas 2, 16)

  • Salomón comenzó a construir la Casa del Señor en Jerusalén, sobre el monte Moria, donde el Señor se había aparecido a su padre David, en el lugar que había preparado David sobre la era de Ornán, el jebuseo. (II Crónicas 3, 1)

  • Y estas son las bases fijadas por Salomón para edificar la Casa de Dios: el largo medía treinta metros, o sea, sesenta codos de la antigua medida, y el ancho era de diez metros. (II Crónicas 3, 3)

  • Salomón hizo además el velo de púrpura violeta y de púrpura roja, de carmesí y de lino, sobre el cual hizo bordar querubines. (II Crónicas 3, 14)

  • Salomón hizo un altar de bronce, de diez metros de largo, diez de ancho y cinco de alto. (II Crónicas 4, 1)

  • Jurám hizo las ollas, las palas y los aspersorios. Así terminó el trabajo que debía hacer para el rey Salomón en la Casa de Dios: (II Crónicas 4, 11)

  • las ollas, las palas y los tenedores. Todos estos objetos, Jurám Abí los hizo para el rey Salomón, para la Casa del Señor, en bronce reluciente. (II Crónicas 4, 16)

  • Salomón hizo todos esos objetos en tal cantidad, que no se pudo calcular el peso del bronce. (II Crónicas 4, 18)

  • Salomón mandó hacer asimismo todos los objetos que estaban en la Casa del Señor: el altar de oro y las mesas sobre las que se ponía el pan de la ofrenda; (II Crónicas 4, 19)


“Reze, reze! Quem muito reza se salva e salva os outros. E qual oração pode ser mais bela e mais aceita a Nossa Senhora do que o Rosario?” São Padre Pio de Pietrelcina