Encontrados 52 resultados para: Velo

  • Cuando haya que levantar campamento, Aarón y sus hijos irán a descolgar el velo protector y cubrirán con él el Arca del Testimonio. (Números 4, 5)

  • Tú y tus hijos, en cambio, ejercerán las funciones sacerdotales en todo lo concerniente al altar y a lo que está detrás del velo. Yo hago del sacerdocio de ustedes un servicio de dedicación: el extraño que se acerque será castigado con la muerte. (Números 18, 7)

  • Salomón hizo además el velo de púrpura violeta y de púrpura roja, de carmesí y de lino, sobre el cual hizo bordar querubines. (II Crónicas 3, 14)

  • "¡Señor, Dios de mi padre Simeón! Tú pusiste en sus manos una espada vengadora contra aquellos extranjeros que arrancaron el velo de una virgen para violarla, desnudaron su cuerpo para avergonzarla y profanaron su seno para deshonrarla. Aunque tú habías dicho: ‘Eso no se hará’, ellos, sin embargo, lo hicieron. (Judit 9, 2)

  • Si un país cae en manos de un malvado, pone un velo sobre el rostro de los jueces: si no es él, ¿quién otro puede ser? (Job 9, 24)

  • El adúltero aguarda la penumbra, pensando: "¡Ningún ojo me verá!", y se cubre la cara con un velo. (Job 24, 15)

  • El Amado: ¡Qué hermosa eres, amada mía, qué hermosa eres! Tus ojos son palomas, detrás de tu velo. Tus cabellos, como un rebaño de cabras que baja por las laderas de Galaad. (Cantar 4, 1)

  • Como una cinta escarlata son tus labios y tu boca es hermosa. Como cortes de granada son tus mejillas, detrás de tu velo. (Cantar 4, 3)

  • Como cortes de granada son tus mejillas, detrás de tu velo. (Cantar 6, 7)

  • Ellos pensaban mantenerse ocultos con sus pecados secretos, bajo el oscuro velo del olvido, pero fueron dispersados, presa de terrible espanto, y aterrorizados por fantasmas. (Sabiduría 17, 3)

  • ¡Qué glorioso era, rodeado de su pueblo, cuando salía detrás del velo! (Eclesiástico 50, 5)

  • Él arrancará sobre esta montaña el velo que cubre a todos los pueblos, el paño tendido sobre todas las naciones. (Isaías 25, 7)


“Recorramos a Jesus e não às pessoas, pois só ele nunca nos faltará.” São Padre Pio de Pietrelcina