Encontrados 96 resultados para: Vieron

  • Judas y sus hermanos vieron que se habían agravado los males y que el ejército estaba acampado dentro de su territorio. También se enteraron de la consigna real de destruir al pueblo hasta aniquilarlo. (I Macabeos 3, 42)

  • Ellos vieron que los suyos habían huido y que el campamento había sido incendiado, porque el humo que se divisaba ponía de manifiesto lo que había sucedido. (I Macabeos 4, 20)

  • Ante tal espectáculo se llenaron de espanto, y como vieron en la llanura al ejército de Judas, dispuesto a librar batalla, (I Macabeos 4, 21)

  • Cuando vieron el Santuario desolado, el altar profanado, las puertas completamente quemadas, las malezas crecidas en los atrios como en un bosque o en una montaña, y las salas destruidas, (I Macabeos 4, 38)

  • y cuando sus soldados vieron que había caído, tiraron las armas y huyeron. (I Macabeos 7, 44)

  • Al alzar los ojos, divisaron una numerosa caravana que avanzaba en medio de un gran tumulto, y vieron que el novio iba a su encuentro, acompañado de sus amigos y hermanos, al son de tambores e instrumentos musicales y con mucha gente armada. (I Macabeos 9, 39)

  • Apenas sus detractores vieron los honores que le tributaban, los términos de la proclama y la púrpura con que estaba revestido, se dieron a la fuga. (I Macabeos 10, 64)

  • Los que ocupaban la Ciudadela de Jerusalén, como no podían ir y venir por la región para comprar y vender, se vieron acosados por el hambre, y muchos de ellos murieron de inanición. (I Macabeos 13, 49)

  • En lo más encarnizado de la batalla, los enemigos vieron aparecer en el cielo cinco hombres majestuosos montados en caballos con frenos de oro, que se pusieron al frente de los judíos. (II Macabeos 10, 29)

  • Más tarde, vieron también un nuevo modo de nacer las aves: cuando, excitados por la gula, ellos reclamaron manjares delicados, (Sabiduría 19, 11)

  • Ellos vieron con sus ojos la grandeza de su gloria y oyeron con sus oídos la gloria de su voz. (Eclesiástico 17, 13)

  • Vieron qué numerosas eran las brechas de la Ciudad de David; juntaron agua en la cisterna inferior; (Isaías 22, 9)


“Resigna-te a ser neste momento uma pequena abelha. E enquanto esperas ser uma grande abelha, ágil, hábil, capaz de fabricar bom mel, humilha-te com muito amor perante Deus e os homens, pois Deus fala aos que se mantêm diante dele humildemente”. São Padre Pio de Pietrelcina