Encontrados 56 resultados para: bendijo

  • Jacob le rogó: "Por favor, dime tu nombre". Pero él respondió: "¿Cómo te atreves a preguntar mi nombre?". Y allí mismo lo bendijo. (Génesis 32, 30)

  • Cuando Jacob regresó de Padán Arám, Dios se le apareció de nuevo y lo bendijo, (Génesis 35, 9)

  • A partir del momento en que le encomendó el cuidado de su casa y de todas sus posesiones, el Señor bendijo la casa del egipcio, en atención a José. La bendición del Señor se extendía a todas sus posesiones, dentro y fuera de la casa. (Génesis 39, 5)

  • y dijo a José: "El Dios Todopoderoso se me apareció, en Luz, en la tierra de Canaán, y me bendijo, (Génesis 48, 3)

  • y los bendijo, diciendo: "El Dios en cuya presencia caminaron mis padres, Abraham e Isaac, el Dios que fue mi pastor, desde mi nacimiento hasta el día de hoy, (Génesis 48, 15)

  • Todas estas eran las tribus de Israel -doce en total- y esto es lo que su padre dijo de ellas cuando las bendijo, dándole a cada una su bendición. (Génesis 49, 28)

  • Porque en seis días el Señor hizo el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, pero el séptimo día descansó. Por eso el Señor bendijo el día sábado y lo declaró santo. (Exodo 20, 11)

  • Cuando Moisés vio que habían hecho toda la obra, ajustándose exactamente a lo que el Señor había ordenado, los bendijo. (Exodo 39, 43)

  • Finalmente, Aarón extendió sus manos hacia el pueblo y lo bendijo. Después de ofrecer el sacrificio por el pecado, el holocausto y el sacrificio de comunión, Aarón descendió, (Levítico 9, 22)

  • Allí, ustedes y sus familias comerán en la presencia del Señor, su Dios, y se alegrarán por todos los beneficios que hayan obtenido de su trabajo, porque el Señor, tu Dios, te bendijo. (Deuteronomio 12, 7)

  • Esta es la bendición con que Moisés, el hombre de Dios, bendijo a los israelitas antes de morir. (Deuteronomio 33, 1)

  • Entonces Josué bendijo a Caleb, hijo de Iefuné, y le dio Hebrón como herencia. (Josué 14, 13)


“Procuremos servir ao Senhor com todo o coração e com toda a vontade. Ele nos dará sempre mais do que merecemos.” São Padre Pio de Pietrelcina