Encontrados 592 resultados para: fruto del Espíritu

  • El espíritu del hombre es una lámpara del Señor, que sondea hasta el fondo de sus entrañas. (Proverbios 20, 27)

  • El que cuida una higuera comerá de su fruto y el que respeta a su patrón recibirá honores. (Proverbios 27, 18)

  • El orgullo lleva al hombre a la humillación, el de espíritu humilde alcanzará honores. (Proverbios 29, 23)

  • La Amada: Como un manzano entre los árboles silvestres, es mi amado entre los jóvenes: yo me senté a su sombra tan deseada y su fruto es dulce a mi paladar. (Cantar 2, 3)

  • Porque el santo espíritu, el educador, huye de la falsedad, se aparta de los razonamientos insensatos, y se siente rechazado cuando sobreviene la injusticia. (Sabiduría 1, 5)

  • La Sabiduría es un espíritu amigo de los hombres, pero no dejará sin castigo las palabras del blasfemo, porque Dios es el testigo de sus sentimientos, el observador veraz de su corazón, y escucha todo lo que dice su lengua. (Sabiduría 1, 6)

  • Porque el espíritu del Señor llena la tierra, y él, que mantiene unidas todas las cosas, sabe todo lo que se dice. (Sabiduría 1, 7)

  • Porque es glorioso el fruto de los trabajos honestos, e indefectible la raíz de la Sabiduría. (Sabiduría 3, 15)

  • Llenos de remordimiento y lanzando gemidos, se dirán unos a otros, con el espíritu angustiado: (Sabiduría 5, 3)

  • Por eso oré, y me fue dada la prudencia, supliqué, y descendió sobre mí el espíritu de la Sabiduría. (Sabiduría 7, 7)

  • En ella hay un espíritu inteligente, santo, único, multiforme, sutil, ágil, perspicaz, sin mancha, diáfano, inalterable, amante del bien, agudo, (Sabiduría 7, 22)

  • ¿Amas la justicia? El fruto de sus esfuerzos son las virtudes, porque ella enseña la templanza y la prudencia, la justicia y la fortaleza, y nada es más útil que esto para los hombres en la vida. (Sabiduría 8, 7)


“O sábio elogia a mulher forte dizendo: os seu dedos manejaram o fuso. A roca é o alvo dos seus desejos. Fie, portanto, cada dia um pouco. Puxe fio a fio até a execução e, infalivelmente, você chegará ao fim. Mas não tenha pressa, pois senão você poderá misturar o fio com os nós e embaraçar tudo.” São Padre Pio de Pietrelcina