Encontrados 141 resultados para: maldad

  • ¡Qué bien te abres camino para ir en busca del amor! Así, también tú te has habituado a los caminos de la maldad. (Jeremías 2, 33)

  • Alza tus ojos a los montes desolados y mira: ¿dónde no has sido violada? Te sentabas a la espera junto a los caminos, como el árabe en el desierto; así has contaminado el país con tus prostituciones y tu maldad. (Jeremías 3, 2)

  • ¡Limpia tu corazón de toda maldad, a fin de ser salvada, Jerusalén! ¿Hasta cuándo se albergarán dentro de ti tus pensamientos culpables? (Jeremías 4, 14)

  • Como un pozo hace brotar sus aguas, así ella hace brotar su maldad. "¡Violencia, atropello!", se oye decir allí, tengo siempre delante las heridas y los golpes. (Jeremías 6, 7)

  • Vayan a mi lugar santo de Silo, donde yo hice habitar mi Nombre en otro tiempo, y vean lo que hice con él a causa de la maldad de mi pueblo Israel. (Jeremías 7, 12)

  • Yo escuché con la mayor atención: ellos no hablan como es debido, ni uno solo se arrepiente de su maldad, diciendo: "¿Qué es lo que hice?". Todos vuelven a sus andanzas, como un caballo que se lanza al combate. (Jeremías 8, 6)

  • Por eso, así habla el Señor de los ejércitos: Yo voy a depurarlos y a probarlos, porque ¿qué puedo hacer ante su maldad? (Jeremías 9, 6)

  • ¿Hasta cuándo el país estará de duelo y se secará toda la hierba del campo? Por la maldad de los que habitan en él perecen las bestias y los pájaros. Porque ellos dicen: "¡Él no ve nuestros senderos!". (Jeremías 12, 4)

  • Y aquellos a quienes ellos profetizan, serán arrojados por las calles de Jerusalén, a consecuencia del hambre y de la espada, sin que haya nadie para enterrarlos, ni a ellos, ni a sus mujeres, ni a sus hijos ni a sus hijas. Yo derramaré sobre ellos su propia maldad. (Jeremías 14, 16)

  • Reconocemos, Señor, nuestra maldad, la iniquidad de nuestros padres, porque hemos pecado contra ti. (Jeremías 14, 20)

  • pero si la nación de la que hablé se convierte de su maldad, entonces me arrepiento del mal que había pensado infligirle. (Jeremías 18, 8)

  • Casa de David, así habla el Señor: Hagan justicia cada mañana, y libren al explotado de la mano del opresor, no sea que mi furor estalle como un fuego y arda sin que nadie lo extinga, a causa de la maldad de sus acciones. (Jeremías 21, 12)


“O Senhor se comunica conosco à medida que nos libertamos do nosso apego aos sentidos, que sacrificamos nossa vontade própria e que edificamos nossa vida na humildade.” São Padre Pio de Pietrelcina