Encontrados 50 resultados para: prescripciones

  • Iehoiadá estableció puestos de guardia en la Casa del Señor, a las órdenes de los sacerdotes que David había distribuido en la Casa del Señor, para ofrecer holocaustos al Señor -como está escrito en la Ley de Moisés- con alegría y con cantos, según las prescripciones de David. (II Crónicas 23, 18)

  • Los cantores, hijos de Asaf, estaban en sus puestos, según las prescripciones de David y de Asaf, de Hemán y de Iedutún, el vidente del rey; y también los porteros ocupaban cada uno su puesto: ninguno de ellos tuvo necesidad de apartarse de su servicio, porque sus hermanos, los levitas, les prepararon la Pascua. (II Crónicas 35, 15)

  • El tercer diezmo lo daba a los huérfanos, a las viudas y a los prosélitos que vivían con los israelitas: lo repartía cada tres años, y lo comíamos, siguiendo las prescripciones de la Ley de Moisés y las instrucciones de Débora, madre de nuestro antepasado Ananiel, porque mi padre había muerto, dejándome huérfano. (Tobías 1, 8)

  • Cualquier ciudad o provincia en general que no obre de acuerdo con estas prescripciones, será arrasada sin piedad a sangre y fuego: no sólo resultará intransitable para los hombres, sino que hasta las fieras salvajes y los pájaros le tendrán repulsión para siempre". (Ester 16, 24)

  • Felices los que cumplen sus prescripciones y lo buscan de todo corazón, (Salmos 119, 2)

  • Me alegro de cumplir tus prescripciones, más que de todas las riquezas. (Salmos 119, 14)

  • Aparta de mí la vergüenza y el desprecio, porque yo cumplo tus prescripciones. (Salmos 119, 22)

  • Porque tus prescripciones son todo mi deleite, y tus preceptos, mis consejeros. (Salmos 119, 24)

  • Abracé tus prescripciones: no me defraudes, Señor. (Salmos 119, 31)

  • Inclina mi corazón hacia tus prescripciones y no hacia la codicia. (Salmos 119, 36)

  • Hablaré de tus prescripciones delante de los reyes, y no quedaré confundido. (Salmos 119, 46)

  • Examino atentamente mis caminos, y dirijo mis pasos hacia tus prescripciones. (Salmos 119, 59)


“Quem te agita e te atormenta é o demônio.Quem te consola é Deus”! São Padre Pio de Pietrelcina