Encontrados 528 resultados para: Aceite Santo

  • Levantóse Jacob de madrugada, y tomando la piedra que se había puesto por cabezal, la erigió como estela y derramó aceite sobre ella. (Génesis 28, 18)

  • Jacob erigió una estela en el lugar donde había hablado Dios con él: una estela de piedra; derramó sobre ella una libación, y vertió sobre ella aceite. (Génesis 35, 14)

  • aceite para el alumbrado, aromas para el óleo de la unción y para el incienso aromático; (Exodo 25, 6)

  • Colgarás el velo debajo de los broches; y allá, detrás del velo, llevarás el arca del Testimonio, y el velo os servirá para separar el Santo del Santo de los Santos. (Exodo 26, 33)

  • Pondrás el propiciatorio sobre el arca del Testimonio, en el Santo de los Santos. (Exodo 26, 34)

  • Mandarás a los israelitas que te traigan aceite puro de oliva molida para el alumbrado, para alimentar continuamente la llama. (Exodo 27, 20)

  • panes ázimos y tortas sin levadura: unas, amasadas con aceite, y otras, untadas en aceite. Las harás con flor de harina de trigo. (Exodo 29, 2)

  • Toma del canastillo de los ázimos que está delante de Yahveh un pan redondo, una torta de pan de aceite y otra, untada de aceite. (Exodo 29, 23)

  • y con el primer cordero, una décima de medida de flor de harina, amasada con un cuarto de sextario de aceite de oliva molida, y como libación un cuarto de sextario de vino. (Exodo 29, 40)

  • de casia, quinientos, en siclos del Santuario, y un sextario de aceite de oliva. (Exodo 30, 24)

  • No debe derramarse sobre el cuerpo de ningún hombre; no haréis ningún otro de composición parecida a la suya. Santo es y lo tendréis por cosa sagrada. (Exodo 30, 32)

  • Prepara con ello, según el arte del perfumista, un incienso perfumado, sazonado con sal, puro y santo; (Exodo 30, 35)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina