Encontrados 77 resultados para: Gat

  • Las ciudades que los filisteos habían tomado a los israelitas fueron devueltas a Israel, desde Ecrón hasta Gat, liberando Israel su territorio del dominio de los filisteos. Y hubo paz entre Israel y los amorreos. (I Samuel 7, 14)

  • Salió de las filas de los filisteos un hombre de las tropas de choque, llamado Goliat, de Gat, de seis codos y un palmo de estatura; (I Samuel 17, 4)

  • Mientras hablaba con ellos el hombre de las tropas de choque, llamado Goliat, el filisteo de Gat, subía de las filas de los filisteos, diciendo las mismas palabras, y le oyó David. (I Samuel 17, 23)

  • Se levantaron los hombres de Israel y de Judá y, lanzando el grito de guerra, persiguieron a los filisteos hasta la entrada de Gat y hasta las puertas de Ecrón. Los cadáveres de los filisteos cubrían el camino, desde Saaráyim hasta Gat y Ecrón. (I Samuel 17, 52)

  • Se levantó David y huyó aquel día de Saúl, yendo donde Akís, rey de Gat. (I Samuel 21, 11)

  • Meditó David estas palabras y temió mucho a Akís, rey de Gat. (I Samuel 21, 13)

  • Levantóse David y pasó, con los seiscientos hombres que tenía, a Akís, hijo de Maok, rey de Gat. (I Samuel 27, 2)

  • Se asentó David con Akís en Gat, él y sus hombres, cada cual con su familia; David con sus dos mujeres, Ajinoam de Yizreel y Abigaíl, mujer de Nabal, de Carmelo. (I Samuel 27, 3)

  • Se dio aviso a Saúl que David había huido a Gat y dejó de buscarlo. (I Samuel 27, 4)

  • David no dejaba llevar a Gat con vida hombres ni mujeres, pues decía: «No se que den aviso contra nosotros y digan: "Esto ha hecho David." «De esta forma se comportó David todo el tiempo que moró en territorio de filisteos. (I Samuel 27, 11)

  • No lo anunciéis en Gat, no lo divulguéis por las calles de Ascalón, que no se regocijen las hijas de los filisteos, no salten de gozo las hijas de los incircuncisos. (II Samuel 1, 20)

  • Y no quiso llevar el arca de Yahveh junto a sí, a la Ciudad de David, sino que la hizo llevar a casa de Obededom de Gat. (II Samuel 6, 10)


“Onde não há obediência, não há virtude. Onde não há virtude, não há bem, não há amor; e onde não há amor, não há Deus; e sem Deus não se chega ao Paraíso. Tudo isso é como uma escada: se faltar um degrau, caímos”. São Padre Pio de Pietrelcina