Encontrados 1130 resultados para: Hombres
Tomó unos 5.000 hombres y tendió con ellos una emboscada entre Betel y Ay, al oeste de la ciudad. (Josué 8, 12)
Cuando los hombres de Ay volvieron la vista atrás y vieron la humareda que subía de la ciudad hacia el cielo, no tuvieron fuerza para huir por un lado o por otro. El pueblo que iba huyendo hacia el desierto se volvió contra los perseguidores. (Josué 8, 20)
Viendo Josué y todo Israel que los emboscados habían tomado la ciudad y que subía de ella una humareda, se volvieron y batieron a los hombres de Ay. (Josué 8, 21)
Los otros salieron de la ciudad a su encuentro, de modo que los hombres de Ay se encontraron en medio de los israelitas, unos por un lado y otros por otro. Estos los derrotaron hasta que no quedó superviviente ni fugitivo. (Josué 8, 22)
El total de los que cayeron aquel día, hombres y mujeres, fue 12.000, todos los habitantes de Ay. (Josué 8, 25)
Fueron donde Josué, al campamento de Guilgal, y le dijeron a él y a los hombres de Israel: «Venimos de un país lejano: haced, pues, alianza con nosotros. (Josué 9, 6)
Los hombres de Israel respondieron a aquellos jivitas: «Acaso habitáis en medio de nosotros y entonces no podemos hacer alianza con vosotros.» (Josué 9, 7)
Los hombres hicieron aprecio de sus provisiones sin consultar el oráculo de Yahveh. (Josué 9, 14)
Se atemorizó mucho con ello, porque Gabaón era una ciudad grande, como una ciudad real, mayor que Ay, y todos sus hombres eran valientes. (Josué 10, 2)
Josué respondió: «Rodad unas piedras grandes a la boca de la cueva y poned junto a ella hombres que la guarden. (Josué 10, 18)
En cuanto sacaron a los reyes, Josué llamó a todos los hombres de Israel y dijo a los capitanes de tropa que le habían acompañado: «Acercaos y poned vuestros pies sobre la nuca de esos reyes.» Ellos se acercaron y pusieron los pies sobre las nucas. (Josué 10, 24)
Escoged tres hombres por cada tribu, y los enviaré para que vayan a recorrer el país y hagan una descripción de él en orden al reparto; luego volverán donde mí. (Josué 18, 4)