Encontrados 192 resultados para: Incienso Sagrado

  • y quemó sobre él incienso aromático como Yahveh había mandado a Moisés. (Exodo 40, 27)

  • Cuando alguien ofrezca a Yahveh una oblación, su ofrenda consistirá en flor de harina, sobre la que derramará aceite y pondrá incienso. (Levítico 2, 1)

  • La llevará a los hijos de Aarón, a los sacerdotes; tomará un puñado de la harina con aceite y todo el incienso; el sacerdote lo quemará en el altar como memorial, manjar abrasado de calmante aroma para Yahveh. (Levítico 2, 2)

  • Derramarás sobre ella aceite y le echarás además incienso; es una oblación. (Levítico 2, 15)

  • El sacerdote quemará, como memorial de la misma, parte del grano majado y del aceite, con todo el incienso, como manjar abrasado para Yahveh. (Levítico 2, 16)

  • El sacerdote pondrá parte de la sangre en los cuernos del altar del incienso aromático ante Yahveh en la Tienda del Encuentro, y verterá toda la sangre del novillo al pie del altar de los holocaustos que se encuentra a la entrada de la Tienda del Encuentro. (Levítico 4, 7)

  • Si no le alcanza para dos tórtolas o dos pichones, presentará, como ofrenda suya por haber pecado, una décima de medida de flor de harina como sacrificio por el pecado. No añadirá aceite, ni echará sobre ella incienso, porque es sacrificio por el pecado. (Levítico 5, 11)

  • uno de ellos tomará de la oblación un puñado de flor de harina (con su aceite, y todo el incienso que se añade a la oblación), y lo quemará en el altar, en memorial, como calmante aroma para Yahveh. (Levítico 6, 8)

  • Podrán comerlo todos los varones de entre los sacerdotes; se comerá en lugar sagrado. Es cosa sacratísima. (Levítico 7, 6)

  • Nadab y Abihú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, pusieron fuego en ellos y, tras echar incienso encima, ofrecieron ante Yahveh un fuego profano, que él no les había mandado. (Levítico 10, 1)

  • para que podáis distinguir entre lo sagrado y lo profano, entre lo impuro y lo puro, (Levítico 10, 10)

  • La comeréis en lugar sagrado, por ser la porción tuya y la porción de tus hijos, de los manjares que se abrasan en honor de Yahveh, pues así me ha ordenado. (Levítico 10, 13)


“Não há nada mais inaceitável do que uma mulher caprichosa, frívola e arrogante, especialmente se é casada. Uma esposa cristã deve ser uma mulher de profunda piedade em relação a Deus, um anjo de paz na família, digna e agradável em relação ao próximo.” São Padre Pio de Pietrelcina