Encontrados 93 resultados para: Iniquidad

  • Más feliz aún que entrambos es aquel que aún no ha existido, que no ha visto la iniquidad que se comete bajo el sol. (Eclesiastés 4, 3)

  • En mi vano vivir, de todo he visto: justos perecer en su justicia, e impíos envejecer en su iniquidad. (Eclesiastés 7, 15)

  • pues el espíritu santo que nos educa huye del engaño, se aleja de los pensamientos necios y se ve rechazado al sobrevenir la iniquidad. (Sabiduría 1, 5)

  • Dichoso también el eunuco que con sus manos no obra iniquidad ni fomenta pensamientos perversos contra el Señor; por su fidelidad se le dará una escogida recompensa, una herencia muy agradable en el Santurario del Señor. (Sabiduría 3, 14)

  • Nos hartamos de andar por sendas de iniquidad y perdición, atravesamos desiertos intransitables; pero el camino del Señor, no lo conocimos. (Sabiduría 5, 7)

  • se levantará contra ellos un viento poderoso y como huracán los aventará. Así la iniquidad asolará la tierra entera y la maldad derribará los tronos de los que están en el poder. (Sabiduría 5, 23)

  • Y les dijo: «Guardaos de toda iniquidad», y a cada cual le dio órdenes respecto de su prójimo. (Eclesiástico 17, 14)

  • Como espada de dos filos es toda iniquidad, para su herida no hay remedio. (Eclesiástico 21, 3)

  • Hombre muy jurador, lleno está de iniquidad, y no se apartará de su casa el látigo. Si se descuida, su pecado cae sobre él, si pasa por alto el juramento, doble es su pecado; y si jura en falso, no será justificado, que su casa se llenará de adversidades. (Eclesiástico 23, 11)

  • del extravío, ante juez y el magistrado, de la iniquidad, ante la asamblea y el pueblo; (Eclesiástico 41, 18)

  • Y después de dormido todavía profetizó y anunció al rey su fin; del seno de la tierra alzó su voz en profecía para borrar la iniquidad del pueblo. (Eclesiástico 46, 20)

  • El llevó a buen fin la conversión del pueblo, y extirpó la abominación de la iniquidad. (Eclesiástico 49, 2)


“A maior alegria de um pai é que os filhos se amem, formem um só coração e uma só alma. Não fostes vós que me escolhestes, mas o pai celeste que, na minha primeira missa, me fez ver todos os filhos que me confiava”.(P.e Pio) São Padre Pio de Pietrelcina