Encontrados 450 resultados para: Josué y los ancianos

  • Bajó Yahveh en la Nube y le habló. Luego tomó algo del espíritu que había en él y se lo dio a los sententa ancianos. Y en cuanto reposó sobre ellos el espíritu, se pusieron a profetizar, pero ya no volvieron a hacerlo más. (Números 11, 25)

  • Josué, hijo de Nun, que estaba al servicio de Moisés desde su mocedad, respondió y dijo: «Mi señor Moisés, prohíbeselo.» (Números 11, 28)

  • Luego Moisés volvió al campamento con los ancianos de Israel. (Números 11, 30)

  • Esos son los nombres de los que envió Moisés a explorar el país. Pero a Hosea, hijo de Nun, Moisés le llamo Josué. (Números 13, 16)

  • Pero Josué, hijo de Nun, y Caleb, hijo de Yefunné, que eran de los que habían explorado el país, rasgaron sus vestiduras (Números 14, 6)

  • Os juro que no entraréis en la tierra en la que, mano en alto, juré estableceros. Sólo a Caleb, hijo de Yefunné y a Josué, hijo de Nun, (Números 14, 30)

  • En cambio, Josué, hijo de Nun, y Caleb, hijo de Yefunné, sobrevivieron de entre los hombres que habían ido a explorar la tierra. (Números 14, 38)

  • Se levantó Moisés y fue donde Datán y Abirón; los ancianos de Israel le siguieron. (Números 16, 25)

  • y dijo a los ancianos de Madián: «Ahora veréis cómo esa multitud va a devastarlo todo a nuestro alrededor, como devasta el buey la hierba del campo.» Balaq, hijo de Sippor, era rey de Moab por aquel tiempo. (Números 22, 4)

  • Fueron los ancianos de Moab y los ancianos de Madián, con la paga del vaticinio en sus manos. Llegaron donde Balaam y le dijeron las palabras de Balaq. (Números 22, 7)

  • Es que Yahveh les había dicho que morirían en el desierto, sin que quedara uno de ellos, excepto Caleb, hijo de Yefunné, y Josué, hijo de Nun. (Números 26, 65)

  • Respondió Yahveh a Moisés: «Toma a Josué, hijo de Nun, hombre en quien está el espíritu, impónle tu mano, (Números 27, 18)


“A natureza humana também quer a sua parte. Até Maria, Mãe de Jesus, que sabia que por meio de Sua morte a humanidade seria redimida, chorou e sofreu – e como sofreu!” São Padre Pio de Pietrelcina