Encontrados 83 resultados para: caer

  • Acoge al prójimo según tus recursos, y cuida de no caer tú mismo. (Eclesiástico 29, 20)

  • Como pájaros que se posan esparce la nieve, que baja como langosta que salta al suelo. Admira el ojo la belleza de su blancura, y al verla caer se pasma el corazón. (Eclesiástico 43, 18)

  • Por la palabra del Señor cerró los cielos, e hizo también caer fuego tres veces. (Eclesiástico 48, 3)

  • que hiciste caer a reyes en la ruina, y a hombres insignes fuera de su lecho; (Eclesiástico 48, 6)

  • He aquí que el Señor Yahveh Sebaot sacude el ramaje con estrépito; las guías más altas están partidas y las elevadas van a caer. (Isaías 10, 33)

  • Porque él derroca a los habitantes de los altos, a la villa inacessible; la hace caer, la abaja hasta la tierra, la hace tocar el polvo; (Isaías 26, 5)

  • Voy a poner en él un espíritu, oirá una noticia y se volverá a su tierra, y en su tierra yo lo haré caer a espada.» (Isaías 37, 7)

  • Así dice Yahveh que os ha rescatado, el Santo de Israel. Por vuestra causa he enviado a hacer caer todos sus cerrojos de las prisiones de Babilonia, y se volverán en ayes los hurras de los caldeos (Isaías 43, 14)

  • Irritado estaba yo contra mi pueblo, había profanado mi heredad y en tus manos los había entregado; pero tú no tuviste piedad de ellos; hiciste caer pesadamente tu yugo sobre el anciano. (Isaías 47, 6)

  • ¡Pronto! que entonen por nosotros una lamentación. Dejen caer lágrimas nuestros ojos, y nuestros párpados den curso al llanto. (Jeremías 9, 17)

  • Pero si no le oyereis, en silencio llorará mi alma por ese orgullo, y dejarán caer mi ojos lágrimas, y verterán copiosas lágrimas, porque va cautiva la grey de Yahveh. (Jeremías 13, 17)

  • Les dirás esta palabra: Dejen caer mis ojos lágrimas de noche y de día sin parar, porque de quebranto grande es quebrantada la doncella, hija de mi pueblo, de golpe gravísimo, (Jeremías 14, 17)


“Quando te encontrares diante de Deus, na oração considera-te banhado na luz da verdade, fala-lhe se puderes, deixa simplesmente que te veja e não tenhas preocupação alguma”. São Padre Pio de Pietrelcina