Encontrados 56 resultados para: confines

  • ¿Es que no lo sabes? ¿Es que no lo has oído? Que Dios desde siempre es Yahveh, creador de los confines de la tierra, que no se cansa ni se fatiga, y cuya inteligencia es inescrutable. (Isaías 40, 28)

  • Ved, islas, y temed; confines de la tierra, y temblad. Acercaos y venid. (Isaías 41, 5)

  • Cantad a Yahveh un cántico nuevo, su loor desde los confines de la tierra. Que le cante el mar y cuanto contiene, las islas y sus habitantes. (Isaías 42, 10)

  • Diré al Norte: "Dámelos"; y al Sur: "No los retengas", Traeré a mis hijos de lejos, y a mis hijas de los confines de la tierra; (Isaías 43, 6)

  • Volveos a mí y seréis salvados confines todos de la tierra, porque yo soy Dios, no existe ningún otro. (Isaías 45, 22)

  • «Poco es que seas mi siervo, en orden a levantar las tribus de Jacob, y de hacer volver los preservados de Israel. Te voy a poner por luz de las gentes, para que mi salvación alcance hasta los confines de la tierra.» (Isaías 49, 6)

  • Mirad que Yahveh hace oír hasta los confines de la tierra: «Decid a la hija de Sión: Mira que viene tu salvación; mira, su salario le acompaña, y su paga le precede. (Isaías 62, 11)

  • Así dice Yahveh: Mirad que un pueblo viene de tierras del norte y una gran nación se despierta de los confines de la tierra. (Jeremías 6, 22)

  • ¡Oh Yahveh, mi fuerza y mi refuerzo, mi refugio en día de apuro! A ti las gentes vendrán de los confines de la tierra y dirán: ¡Luego Mentira recibieron de herencia nuestros padres, Vanidad y cosas sin provecho! (Jeremías 16, 19)

  • Mirad que yo los traigo del país del norte, y los recojo de los confines de la tierra. Entre ellos, el ciego y el cojo, la preñada y la parida a una. Gran asamblea vuelve acá. (Jeremías 31, 8)

  • Mirad que un pueblo viene del norte, una gran nación, y muchos reyes se despiertan de los confines de la tierra. (Jeremías 50, 41)

  • El árbol creció, se hizo corpulento, su altura llegaba hasta el cielo, su expansión, hasta los confines de la tierra. (Daniel 4, 8)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina