Encontrados 176 resultados para: conversión de Pablo

  • Pero el centurión daba más crédito al piloto y al patrón que no a las palabras de Pablo. (Hechos 27, 11)

  • Hacía ya días que no habíamos comido; entonces Pablo se puso en medio de ellos y les dijo: «Amigos, más hubiera valido que me hubierais escuchado y no haberos hecho a la mar desde Creta; os hubierais ahorrado este peligro y esta pérdida. (Hechos 27, 21)

  • y me ha dicho: "No temas, Pablo; tienes que comparecer ante el César; y mira, Dios te ha concedido la vida de todos los que navegan contigo." (Hechos 27, 24)

  • Pero Pablo dijo al centurión y a los soldados: «Si no se quedan éstos en la nave, vosotros no os podréis salvar.» (Hechos 27, 31)

  • Mientras esperaban que se hiciera de día, Pablo aconsejaba a todos que tomasen alimento diciendo: «Hace ya catorce días que, en continua expectación, estáis en ayunas, sin haber comido nada. (Hechos 27, 33)

  • pero el centurión, que quería salvar a Pablo, se opuso a su designio y dio orden de que los que supieran nadar se arrojasen los primeros al agua y ganasen la orilla; (Hechos 27, 43)

  • Pablo había reunido una brazada de ramas secas; al ponerla sobre la hoguera, una víbora que salía huyendo del calor, hizo presa en su mano. (Hechos 28, 3)

  • Precisamente el padre de Publio se hallaba en cama atacado de fiebres y disentería. Pablo entró a verle, hizo oración, le impuso las manos y le curó. (Hechos 28, 8)

  • Los hermanos, informados de nuestra llegada, salieron a nuestro encuentro hasta el Foro Apio y Tres Tabernas. Pablo, al verlos, dio gracias a Dios y cobró ánimos. (Hechos 28, 15)

  • Cuando entramos en Roma se le permitió a Pablo permanecer en casa particular con un soldado que le custodiara. (Hechos 28, 16)

  • Cuando, en desacuerdo entre sí mismos, ya se marchaban, Pablo dijo esta sola cosa: «Con razón habló el Espíritu Santo a vuestros padres por medio del profeta Isaías: (Hechos 28, 25)

  • Pablo permaneció dos años enteros en una casa que había alquilado y recibía a todos los que acudían a él; (Hechos 28, 30)


“Não se aflija a ponto de perder a paz interior. Reze com perseverança, com confiança, com calma e serenidade.” São Padre Pio de Pietrelcina