Encontrados 31 resultados para: costa

  • Yo endureceré el corazón de Faraón, y os perseguirá; pero yo manifestaré mi gloria a costa de Faraón y de todo su ejército, y sabrán los egipcios que yo soy Yahveh.» Así lo hicieron. (Exodo 14, 4)

  • Que yo voy a endurecer el corazón de los egipcios para que los persigan, y me cubriré de gloria a costa de Faraón y de todo su ejército, de sus carros y de los guerreros de los carros. (Exodo 14, 17)

  • Sabrán los egipcios que yo soy Yahveh, cuando me haya cubierto de gloria a costa de Faraón, de sus carros y de sus jinetes. (Exodo 14, 18)

  • Y dijo Moisés: «Hoy habéis recibido la investidura como sacerdotes de Yahveh, cada uno a costa de vuestros hijos y vuestros hermanos, para que él os dé hoy la bendición.» (Exodo 32, 29)

  • ¡En marcha!, partid y entrad en la montaña de los amorreos, y donde todos sus vecinos de la Arabá, la Montaña, la Tierra Baja, el Négueb y la costa del mar; en la tierra de Canaán y el Líbano, hasta el río grande, el río Eufrates. (Deuteronomio 1, 7)

  • El forastero que vive junto a ti subirá a costa tuya cada vez más alto, y tú caerás cada vez más bajo. (Deuteronomio 28, 43)

  • En cuanto se enteraron todos los reyes que estaban de este lado del Jordán, en la Montaña, en la Tierra Baja, a lo largo de la costa del mar Grande hasta la región del Líbano, hititas, amorreos, cananeos, perizitas, jivitas y jebuseos, (Josué 9, 1)

  • Yahveh dijo a Gedeón: «Demasiado numeroso es el pueblo que te acompaña para que ponga yo a Madián en sus manos; no se vaya a enorgullecer Israel de ello a mi costa diciendo: "¡Mi propia mano me ha salvado!" (Jueces 7, 2)

  • ¿Es que me hacen falta locos, que me habéis traído a este para que haga el loco a mi costa? ¿Va a entrar éste en mi casa?» (I Samuel 21, 16)

  • Y el rey Salomón juró por Yahveh: «Esto me haga Dios y esto me añada, si Adonías no ha dicho esta palabra a costa de su vida. (I Reyes 2, 23)

  • Después todos los hombres de Judá y de Jerusalén, con Josafat al frente, regresaron con júbilo a Jerusalén, porque Yahveh les había colmado de gozo a costa de sus enemigos. (II Crónicas 20, 27)

  • En acabando de decir Ajior todas estas palabras, se alzó un murmullo entre toda la gente que estaba en torno de la tienda, y los magnates de Holofernes y los habitantes de la costa y de Moab hablaron de despedazarle. (Judit 5, 22)


“O santo silêncio nos permite ouvir mais claramente a voz de Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina